Los caminos azules
El título del libro obedece a que al autismo se lo asocia con el color azul, explica el autor. Y hace una confesión: "Quiero contar un poco cómo fue crecer sin tener un diagnóstico del espectro autista. Quise contar todo mi camino hasta el día de hoy sobre el autismo, y las dificultades que he tenido".
Sobre todo, de acuerdo a Martínez Cluzet, el hilo conductor del libro recorre desde su niñez, hasta sus vivencias universitarias. Su intención con este libro es poder mostrar "que tener la condición [síndrome de Asperger], se tenga un diagnóstico o no, no es una limitación, todo se puede lograr. Entonces, como yo por suerte he podido lograr unas metas que me he trazado, lo he querido transmitir para intentar motivas a las personas con esta condición, a salir adelante, a seguir adelante, y que el 'no', es solamente una palabra. Depende solamente de nosotros", advierte.
El punto de partida del libro es la relación de su autor con su hijo: "se me ocurrió empezar a escribir mi vida para que mi hijo me empiece a entender el porqué de algunas acciones, y el por qué de otras. Entonces, después de escribir dos capítulos mi esposa me dijo: 'por qué no lo transformas en un libro para intentar ayudar a más personas a que los puedan enteder'. Y así es como surge escribir el libro", confiesa.
Crítica y objetivo
Una crítica sobre este libro dice: "Los caminos azules" es una obra escrita con profunda honestidad, desde la perspectiva de una persona con autismo que debió superar la incomprensión y el riesgo de ser etiquetado como "raro" por mostrar una sinceridad absoluta y un apego total a sus valores, relatando sus experiencias de manera sencilla y convirtiendo al lector en un compañero de aventuras que pueda identificar, paso a paso, lo que significó para el autor este difícil recorrido. El libro es también un relato esperanzador que plantea la factibilidad de que un ser humano neurodivergente logre sus objetivos, a pesar de las dificultades, y se inserte en una sociedad que, lamentablemente, aun no se encuentra preparada para valorar nuestras diferencias".
Consultado acerca de cuáles serían sus sentimientos, si en algún momento se entera de que su libro ha servido para ayudar a personas, Diego Martínez Cluzet expresa: "Con que ayude a una sola persona, ya sentiría que valió la pena escribir el libro. Porque ese es el cometido, que ayude a reflexionar", concluye.