"Los tres países revisaron los progresos alcanzados desde la última reunión del NADD, efectuada en diciembre de 2019, enfocándose en las acciones para enfrentar la producción y el tráfico de drogas ilegales, los daños a la salud pública asociados con el consumo y sobredosis de drogas, y las finanzas ilícitas", indica un comunicado.
La reunión se celebró el jueves 10 de febrero, para evaluar el mecanismo establecido por los tres países en la Cumbre de Líderes de América del Norte de 2016, "para desarrollar un foro trilateral que aborde las amenazas actuales y emergentes en materia de drogas que enfrenta la región".
La más reciente cumbre de la CLAN se celebró en noviembre de 2021, cuando los presidentes de México y EEUU , Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, respectivamente, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, acordaron "continuar el diálogo trilateral sobre drogas y otros temas relacionados con salud pública y seguridad".
Los países también convinieron en colaborar para adoptar un marco que expanda la cooperación de ese diálogo norteamericano "que incluya objetivos estratégicos actualizados".
Una de las prioridades en el combate al narcotráfico en Norteamérica son los opioides sintéticos que han causado una epidemia en EEUU, donde murieron 100.000 personas entre abril de 2002 y abril de 2021, según autoridades de Salud.
México intensificó los controles sobre esos embarques que utilizan la ruta que incluye puertos de las costas del Pacífico, y los decomisos de fentanilo, un letal opioide más potente que la morfina crecieron más de 500% en tres años, informó el 21de diciembre pasado la cartera de la Defensa Nacional.
Un nuevo enfoque integral
Con el propósito de avanzar en estos esfuerzos contra el crimen trasnacional, los tres países acordaron trabajar conjuntamente, para "finalizar y adoptar un marco que incluya un enfoque integral para tratar temas relacionados con drogas".
Las acciones contemplan "mejorar y avanzar en los esfuerzos cooperativos y el intercambio de información para entender y responder mejor al contexto de producción y tráfico ilegal de drogas en América del Norte".
Para ayudar a proteger a los tres países de los "daños asociados con el narcotráfico", acordaron continuar facilitando el intercambio trilateral de investigaciones.
Esa información contempla "mejores prácticas para robustecer nuestros enfoques de salud pública sobre daños asociados al consumo y sobredosis de drogas".
Un eje de acción más apunta a los recursos de las organizaciones criminales "fortaleciendo la cooperación para abordar actividades contra las finanzas ilícitas".
Según la Defensa mexicana, los volúmenes de fentanilo incautado crecieron un 525% desde que comenzó la actual administración, el 1 de diciembre de 2018.
El consumo de ese opioide derivado de la amapola o adormidera, procesada con potentes precursores químicos, creció durante la pandemia de coronavirus, causando una "epidemia de sobredosis".
Con los nuevos patrones de consumo de drogas en la sociedad estadounidense, el crimen organizado se desplazó hacia la producción y consumo de drogas más letales, con mayor facilidad para producirlas con un costo que permite mayores ganancias.
Solo los decomisos de fentanilo superan en tres años las tres toneladas, es decir, seis veces más que los 0,5 toneladas decomisadas en el mismo periodo de tres años del Gobierno anterior de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
El valor de esa droga interceptada es de casi 1.400 millones de dólares, que es poco más del 20% de los más de 3.360 millones de dólares de todas las drogas incautadas.
Las metanfetaminas incautadas en tres años suman casi 1,25 toneladas, que es más del doble de la segunda mitad del sexenio anterior, con valor superior a los 1.800 millones de dólares.
La confiscación de cargamentos de cocaína se coloca en tercer lugar con 65 toneladas, que es un 75% más en el trienio, comparado con tres años anteriores.
Fueron destruidas además, en tres años, casi 6.800 hectáreas de cannabis y más de 583 toneladas de ese enervante valuado en alrededor de 700 millones de dólares.