"Hay intereses propios, eso de que no quieren que (Bolsonaro) vaya para que no haya interpretaciones erróneas, porque ese viaje a Moscú podría sonar como un apoyo a Putin es una tontería; es porque no quieren que Brasil se aproxime a Rusia", señaló a Sputnik.
El profesor sostuvo que, a pesar de los problemas, EEUU sigue siendo una gran potencia y no renuncia a ejercer su influencia sobre los países del continente, porque no hay ningún otro país que "pueda hacerle sombra".
En este sentido, Hage opinó que el hecho de que la diplomacia brasileña mantenga los planes de un viaje que estaba siendo planificado desde hace tiempo es un signo de independencia y soberanía nacional.
"Bolsonaro solo no va si Putin dice que no vaya; pero si hay una situación de relativa normalidad Bolsonaro tiene que ir, porque las críticas que le hacen no tienen nada que ver con la democracia o con el equilibrio internacional", apuntó.
Además, dijo que tampoco cree que cancelar la visita le ayudará a sumar simpatías en Europa o EEUU, por lo que no tendría ningún sentido a nivel estratégico.
"No sería una señal de amistad (hacia EEUU), sería una señal de debilidad. Y los EEUU no respetan a quien es débil", recordó.
Consideró que la visita de la comitiva brasileña a Moscú tiene que ser "pragmática" y centrarse en las posibilidades de ampliar las relaciones comerciales entre Brasil y Rusia, donde todavía hay un gran potencial por explotar.
Brasil tiene interés en exportar más carne a Rusia y en recibir más fertilizantes, que ahora escasean en el mercado mundial y son básicos para el sector agrícola brasileño.
Y concluyó que también podrían tratarse temas comunes a los dos países, como los BRICS, el G20 o el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Brasil tiene ahora un asiento no permanente.