"El trabajo conjunto de las fuerzas del orden rusas y de otros países ha permitido revelar que los implicados en estas actividades criminales son miembros de las llamadas redes de swatting y que los cabecillas de las mismas son el ciudadano de Ucrania Antón Osipchuk, nacido en 2003 y estudiante de Seguridad Informática en la Universidad Técnica Nacional de Ucrania (Kiev), y sus cómplices", dice un comunicado del FSB difundido este 10 de febrero.
Según el ente ruso, los falsos avisos de bomba tenían como objetivo "desestabilizar la situación en Rusia y países vecinos", así como la extorsión y el vandalismo.
Hasta la fecha, las fuerzas de seguridad han detenido en distintas regiones rusas a 14 implicados en estas actividades, y siguen buscando a sus posibles cómplices, indica el texto.
Los acusados de difundir falsos avisos de atentados terroristas podrían enfrentarse en Rusia a hasta ocho años de cárcel.
El Servicio Federal de Seguridad realiza las pesquisas junto con el Ministerio del Interior y el Comité de Investigación de Rusia, se precisa.
Entre finales de 2021 y principios de 2022, decenas de escuelas, hospitales, centros de gestión del transporte y organismos del poder de Rusia, Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Moldavia y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk recibieron avisos de bomba.
Aunque todas las amenazas resultaron falsas, obligaron a desalojar las instalaciones afectadas e implicaron grandes pérdidas económicas.