"Aseguramos al pueblo colombiano que la cooperación técnico-militar de Rusia con Venezuela, así como con cualquier otro país, no está apuntada contra ningún Estado latinoamericano y no está orientada a alterar el balance de fuerzas en la región", escribió Tavdumaze en una columna publicada en el diario colombiano El Tiempo.
El artículo, según dijo, lo escribió "aprovechando el derecho de réplica" luego de que el rotativo publicara un informe el 6 de febrero, en el que supuestamente mostraba pruebas del "desembarco permanente y nutrido de rusos e iraníes" en el país fronterizo, con el que Colombia no tiene relaciones diplomáticas.
Según el informe, 68 militares rusos permanecen en Venezuela y se rotan cada tres meses "bajo la supuesta misión de hacerles mantenimiento a los cazabombarderos" de ese país, que Caracas ha comprado a lo largo de los años.
Para Tavdumadze, "se trata de una rotación regular del personal que viene a Venezuela para enseñar a especialistas locales a manejar equipamientos anteriormente suministrados según contratos que estrictamente cumplen con todas las normas internacionales y en su texto, tienen definidas las fuerzas armadas bolivarianas como el único y exclusivo usuario final".
La cancillería de Colombia había expresado igualmente su preocupación sobre la posibilidad de que equipos militares rusos terminaran en manos de grupos ilegales colombianos que, según Bogotá, tienen presencia permanente en el vecino país, y cuentan con el apoyo del Gobierno de Nicolás Maduro.
Ese fue uno de los temas de una reunión que tuvo lugar esta semana entre el diplomático ruso, la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, y el ministro de Defensa, Diego Molano.
"Este personal ruso consiste en militares, ya que se trata de equipos militares. Es lógico que no son plomeros o soldadores. (...) En Venezuela no hay ni una sola unidad de combate de las fuerzas armadas de Rusia", agregó Tavdumadze.
Las declaraciones de Molano la semana pasada sobre una supuesta injerencia rusa en la frontera con Venezuela, y la posterior respuesta del embajador diciendo que el funcionario inventaba "enemigos ficticios", han tensado las relaciones bilaterales en los últimos días.