"A partir de la segunda semana de noviembre de todos los años, inicia un monitoreo de todos los días con especialistas de calidad del agua, que (nos permite) predecir hasta con 24 horas de anticipación el momento casi exacto que la laguna va a comenzar hacer el volteo térmico", explicó Erving Barreda, Presidente de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).
La actividad termal de la laguna volcánica de Asososca altera la temperatura de las aguas profundas de este recurso hídrico que son naturalmente reguladas durante el período lluvioso, las precipitaciones que caen sobre la laguna normalizan la temperatura promedio para el consumo humano.
Entre noviembre y enero, el país centroamericano experimenta frente fríos y fuertes vientos que impactan en las aguas superficiales de Asososca, que al mezclarse con las térmicas provoca un olor a azufre, lo que se conoce como volteo térmico.
11 de diciembre 2021, 00:16 GMT
"Los vientos que se están dando en esta época provocan una especie de revolver el agua o mezcla del agua, trayendo con ello alguna materia orgánica descompuesta en el fondo, lo que realmente provoca ese olor desagradable", explicó Barreda.
La laguna cratérica de Asososca abastece a un tercio de la población de Managua, calculada en 1,5 millones de habitantes.