Según el periódico, el avión seguía el 3 de enero de Manchester a la ciudad portuguesa de Faro, pero se vio obligado a desviarse del rumbo debido al pánico que se desencadenó entre los pasajeros. Después de un fuerte descenso, el avión aterrizó en la ciudad francesa de Brest.
Por suerte, varios vehículos de bomberos ya estaban esperando el avión en la pista. Los agentes de orden sacaron a los pasajeros asustados y los llevaron en autobús a la terminal.
Según el periódico, los empleados de la aerolínea enviaron otro avión desde Londres, en el que los viajeros continuarán su vuelo a Portugal.