"Gracias a Dios que, bajo el liderazgo de nuestro presidente, (Vladímir Putin) en 2014 logramos preservar la paz en Crimea. Si todo este público —neofascistas ucranianos, ultranacionalistas, extremistas y mercenarios de países europeos y de Estados Unidos— hubiera llegado a Crimea, tras el golpe de Estado en Kiev, como iba a hacerlo, les aseguro" todos habrían sentido las consecuencias de estas acciones, dijo Shoigú a en una entrevista con el periódico ruso AiF.
Enfatizó que el Ministerio de Defensa ruso todavía ve "las consecuencias de los intentos de estas personas, junto con las tropas ucranianas, de establecer su propio orden en las regiones de Donetsk y Lugansk".
Crimea se escindió de Ucrania y se reincorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que la mayoría aplastante de los votantes —más del 96%— avaló esa opción, en respuesta al cambio violento del gobierno en Kiev.
Moscú ha declarado en repetidas ocasiones que los habitantes de Crimea, de manera democrática y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, votaron a favor de la reunificación con Rusia. Según el presidente ruso, el tema de Crimea "está cerrado definitivamente".