"Encontramos ARN estables de SARS-CoV-2 en una gran variedad de sitios anatómicos, incluidas zonas que abarcan todo el cerebro, en plazos de hasta 230 días después de la aparición de los síntomas", dice el texto del estudio, publicado en el sitio web Research Square.
Según la investigación, el virus se detectó en casi todos los órganos del cuerpo, incluso en pacientes que no presentaron síntomas o presentaron un cuadro muy leve de COVID-19.
Sin embargo, los científicos señalan que no detectaron ningún proceso inflamatorio grave que no tuviera que ver con los pulmones.
"Nuestros datos proporcionan una prueba de la eliminación retardada del virus, pero no confirman ninguna inflamación significativa fuera de las vías respiratorias", afirman los investigadores.
Según la agencia Bloomberg, la investigación, por el momento, no ha sido verificada por unos científicos independientes.