"Hasta el momento se han contabilizado más de 300 lesionados en total, incluidos tres heridos por balas, el estado de dos de ellos es inestable", publicó en su página de Facebook.
El comité de médicos denuncia el uso de porras, granadas aturdidoras, balas de goma y gas lacrimógeno, que provocó 83 casos de asfixia.
El Ministerio de Salud de Sudán informó previamente de 123 personas lesionadas en las manifestaciones.
Miles de personas llevan reuniéndose las últimas semanas en algunas ciudades de Sudán para protestar por el acuerdo entre los militares y el primer ministro, Abdalla Hamdok, así como contra las autoridades militares.
Las mayores congregaciones se realizan en Jartum, la capital sudanesa, casi todas las semanas frente al palacio de la República.
El pasado 25 de octubre, tras semanas de creciente tensión entre facciones rivales y una serie de protestas callejeras, el Ejército de Sudán arrestó a varios miembros del Gobierno, incluido Hamdok, que al día siguiente fue puesto bajo arresto domiciliario.
El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y presidente del llamado Consejo Soberano, Abdul Fatah Burhan, anunció la disolución de este organismo de transición y del gabinete de Hamdok, así como la imposición del estado de emergencia en Sudán.
A la vez, aseguró que los cuerpos de seguridad continuarían con la transición democrática hasta el traspaso del poder a un gobierno civil y prometió garantizar elecciones en julio de 2023.
El reconstituido Consejo Soberano de Sudán, nuevamente con Burhan al frente, empezó a trabajar el 11 de noviembre.
El 21 de noviembre, Burhan y Hamdok firmaron un acuerdo político que estipula el regreso del primer ministro depuesto al cargo y la liberación de todos los presos políticos en el país.
La Asociación de Profesionales Sudaneses, gremio que se opone a las autoridades militares, rechazó el pacto por su parte, al calificarlo como un acto de "traición".