Castro, representante de la alianza opositora y del partido Libertad y Refundación (Libre), deberá enfrentar, en su Gobierno, esta grave pandemia social, agravada por las medidas de confinamiento forzadas por la pandemia de COVID-19, que impactan con más fuerza en los sectores más pobres y vulnerables.
Según el Observatorio de violencias contra las mujeres 2021, hasta el 30 de noviembre van 314 muertes violentas de mujeres. Amanda Cruz, administradora de empresas y especialista en economía social en Honduras, explicó a Sputnik que la violencia femicida golpea mayormente a las mujeres que diariamente buscan las formas para sobrevivir o que encuentran en la migración la última salida desesperada.
"La cultura patriarcal genera frustración, desesperación al no encontrar salidas e incita a la migración con el fin de huir de ese entorno salvaje, sin orden y anárquico donde predomina la fuerza del macho. Luego, el sistema de justicia no responde a las expectativas de la ciudadanía y las estructuras policiales están ajenas a nuestras necesidades", expresó a Sputnik.
De acuerdo con un estudio divulgado este 16 de diciembre en Tegucigalpa por la Asociación Calidad de Vida, 80% de las víctimas de la trata de personas en el país son mujeres y niñas, en modalidades de explotación sexual, comercial y servidumbre, y, en los últimos años, la nación experimentó un aumento en los casos de pornografía infantil.
"Desde la Corte Suprema hasta el último operador de justicia en los diferentes municipios resulta evidente el mal funcionamiento del sistema. No atienden a las demandas, todo queda en un total silencio, la generalidad de los feminicidios no han sido investigados y las reformas al código penal retrocedieron respecto a las penas contra quienes cometen esos crímenes", acotó.
¿Mujeres en el Ejecutivo?
A pesar de que durante los últimos 12 años de modelo neoliberal se profundizó la inequidad, la discriminación y las malas condiciones de vida, Cruz destacó el hecho positivo de que la Universidad Nacional Autónoma de Honduras reportó un número mayor de egresadas de sus aulas e impulsa iniciativas a favor de ese grupo históricamente invisibilizado.
Sin embargo, ¿qué ofrece el mercado laboral para las graduadas? A juicio de la experta, el acceso a empleos y oportunidades es aún insuficiente, más aún cuando se trata de cargos de dirección en el Estado. En la actualidad solo cuatro mujeres ocupan cargos de la administración pública en la categoría de ministras o secretarías de Estado, de las 15 estructuras en existencia.
El periodo presidencial de Juan Orlando Hernández (2018-2022) reunió solamente a Antonia Rivera y Olga Alvarado como vicemandatarias; Dolores Agüero, funcionaria de Relaciones Exteriores, y Andrea Matamoros, como directora de Comunicaciones y Estrategia de Gobierno. Las diputaciones son ocupadas por un 21% de mujeres y solo 10% encabezan las alcaldías.
"Nuestro papel es totalmente invisibilizado desde el más alto nivel. En la junta directiva del Congreso Nacional no hay presencia femenina relevante pues, aunque la parlamentaria Gladis López es la vicepresidenta de ese órgano de poder, su labor incide más en las actividades colaterales que en el trabajo legislativo", apuntó Cruz.
En la Corte Suprema de Justicia hay cinco mujeres y 10 hombres, pero, sumado a la poca participación en cuanto a cantidad, las hondureñas involucradas en carreras políticas experimentan continuamente conductas machistas de sus colegas, segregación y trato desigual respecto a su contraparte masculina, aseguró la especialista en economía social.
Yamileth González, representante del grupo de Mujeres Socialistas de Honduras, declaró a Sputnik que, si bien las mujeres encarnan el 51,5% de la población, son el sector más afectado por la precariedad educativa, sanitaria, los altos índices de intimidación e inseguridad en un sistema capitalista, patriarcal y bajo un narcogobierno.
La situación se torna más difícil frente a fenómenos naturales, pandemia, corrupción e impunidad, escenarios tangibles en el país centroamericano y, si las mujeres no están realmente presentes en los espacios de toma de decisiones, ¿cómo esperan ellas una atención prioritaria frente a esos fenómenos sociales?
"Durante los procesos comiciales anteriores su participación fue solo para rellenar espacios, en condiciones de desventaja económica. Las planillas electorales solo exigen paridad en las candidaturas propietarias, pero en la suplencia la ley favorece la mayoría de hombres en esa responsabilidad", señaló González.
Si bien la vigencia formal de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas requiere la paridad en la integración de las nóminas para cargos de elección popular, la intervención de las aspirantes en la esfera política es aún muy baja. Este año por ejemplo, volverán a ser minoría en el Congreso (2022-2026), ya que solo 34 resultaron escogidas, equivalente al 26% de los escaños.
Voto favorable a Xiomara Castro
Para González, el triunfo de Xiomara Castro en las elecciones del 28 de noviembre último, con un acumulado actual de 1.701.824 votos, sí puede significar un cambio respecto a la visión histórica de la figura femenina en el país, pues es una mujer vinculada a la lucha y a los sectores populares desde que era la primera dama de la República junto a su esposo, el expresidente Manuel Zelaya (2006-2009).
Luego del golpe de Estado contra el exmandatario, Castro encabezó las acciones para restaurar el orden constitucional y su trabajo desde este 27 de enero, fecha de su investidura presidencial, debe estar encaminado a "la creación de políticas públicas y de soluciones prácticas a sus necesidades y el rescate de la institucionalidad", continuó la activista.
"Dentro de la oposición era la aspirante más viable para poner fin a 12 años de abandono del Estado, cifras elevadas de narcoactividad y evidentes actos de corrupción asumidos, sobre todo, por el partido Nacional. Representa una salida, un abanico de posibilidades y una luz en el camino de un gobierno más equitativo y que mejore la calidad de vida de los ciudadanos", indicó Amanda Cruz.
Xiomara Castro es la primera mujer electa en Honduras para el máximo cargo del país y la cuarta en asumir esa responsabilidad en Centroamérica tras Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), en Nicaragua; Mireya Moscoso (1999-2004), en Panamá y Laura Chinchilla (2010-2014), en Costa Rica.
"Su llegada al poder es un hito histórico y constituye la oportunidad de demostrar que las mujeres de corte progresista somos capaces de sacar adelante un modelo de país. Desde hace años está familiarizada con las penurias de la sociedad y, durante la administración de Zelaya, ella fue impulsora de algunos programas", comentó a Sputnik Isis Rossi, colaboradora del periódico independiente El Libertador.
¿Luchan las mujeres por sus derechos?
Para Yamileth González, hay muchas organizaciones encaminadas a la promoción de iniciativas en la defensa de los derechos de las mujeres, pero falta formación, articulación, establecimiento de puntos de lucha comunes y trazar un camino hacia una sola dirección.
"Existen movimientos y ONG feministas, con encuentros, mesas de trabajo, demandas extensas y debates periódicos. Lo que más las acercó fue el plan 2010-2022, con el fortalecimiento del Instituto Nacional de la Mujer (INAM) que, en la última década, está reducido solo a un par de cubículos en un edificio, inservible, abandonado, alejado e invisible", valoró Amanda Cruz.
A su juicio, resta esperar cómo distribuye el presupuesto el venidero Gobierno a partir de enero, a entidades gubernamentales como la INAM, su incidencia en la transversalidad de las propuestas hacia las diferentes secretarías y el impulso de un trabajo más cercano a las demandas de las mujeres.