En septiembre, el Ministerio de Establecimientos Penitenciarios (DCS) de Sudáfrica informó que Zuma, de 79 años, había sido liberado de la prisión por razones de salud.
"El Tribunal Superior de Pretoria ordenó que el expresidente sudafricano Jacob Zuma regresara a la cárcel después de llegar a la conclusión (...) de que su liberación anticipada por motivos de salud fue ilegal", indicó el canal televisivo en un comunicado.
A principios de agosto se informó que Zuma fue ingresado en un hospital externo para un chequeo médico.
Después de que el expresidente de 79 años empezase a cumplir su condena en la cárcel el pasado 9 de julio, una intensa ola de protestas y saqueos azotó Sudáfrica, causando la muerte de 337 personas.
La Corte Constitucional condenó a Zuma a 15 meses de cárcel por negarse a declarar en un caso de presunta corrupción durante su Gobierno. Si bien el exmandatario en un principio se había negado a acatar la sentencia, al fin se entregó a la Policía.
Zuma se vio obligado a dimitir en febrero de 2018, un año antes del fin de su mandato, a instancias de su partido Congreso Nacional Africano, en medio de acusaciones de malversación de fondos públicos. Fue relevado en la presidencia por Cyril Ramaphosa.
La justicia lo acusaba de fraude, corrupción, lavado de dinero y extorsión, cargos que el líder sudafricano rechazó tajantemente aduciendo que todas sus operaciones financieras fueron vigiladas por los organismos competentes.
En 2009 Zuma ya enfrentó 783 cargos de corrupción relacionados con contratos públicos para la adquisición de armas en los años 90, pero después de su victoria en los comicios presidenciales en 2009, la Fiscalía decidió cerrar el caso, alegando que el proceso obstaculizaría la vida política del país.