Aunque Alonso se ha hecho mundialmente conocido por su personaje en LCDP, lo cierto es que este gallego de cincuenta años tiene una carrera de éxitos a sus espaldas. Y lo más interesante de él, aparte de sus habilidades evidentes frente a la cámara, es su dedicación a otras artes como la escritura o la pintura.
El actor es risueño, cercano, divertido y tremendamente espiritual, y así lo demuestra en esta entrevista para Sin Tapujos donde habla de su primer libro publicado: El libro de Filipo, una autobiografía donde cuenta una regresión a una vida pasada que vivió gracias a una sesión de hipnosis que le hizo su pareja.
Alonso se declara un ferviente seguidor de las terapias de medicina alternativa a las que llegó "tras un colapso" y "una depresión" que sufrió cuando tenía 33 años: "Uno tiene que estar harto para decidir resetearse; y en ese momento puse el foco en otras herramientas. Me ayudó muchísimo la meditación y empecé a pintar".
El artista revela que quiere mudarse a vivir a México y que allí va a rodar un proyecto documental personal sobre el chamanismo y las ceremonias de limpieza con ayahuasca.
Sobre la experiencia de La Casa de Papel, reconoce que le ha cambiado la vida y que "ha sido algo inaudito, inesperado y difícil de dimensionar que me pilló después de una época de subidas y bajadas". Al final definitivo lo califica "de locos" y "muy ambicioso" donde "no siempre tienen por qué ganar los buenos".