"El reciente aumento de los casos de COVID-19 y la aparición de la variante ómicron plantean riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y una mayor incertidumbre para la inflación", dijo Powell en un discurso preparado para pronunciar ante el Senado.
"Una mayor preocupación por el virus podría reducir la disposición de la gente a trabajar en persona, lo que ralentizaría el progreso del mercado laboral e intensificaría las interrupciones de la cadena de suministro", añade la declaración.
En 2020, la economía de EEUU se contrajo un 3,5% debido al cierre de negocios forzado por la pandemia de COVID-19.
El crecimiento de este año ha sido irregular, con una expansión anualizada del 3,5% en el primer trimestre, 3,6% en el segundo y 2,1% en el tercero.
El Departamento de Comercio explicó que el crecimiento del tercer trimestre se desaceleró debido a un retroceso en el gasto de los consumidores en bienes y servicios en medio de los continuos desafíos de la pandemia de COVID-19.
Los consumidores representan el 70% de toda la actividad económica estadounidense.
El viernes pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó de "preocupante" la nueva variante ómicron debido a un gran número de mutaciones, que apuntan a un mayor riesgo de reinfección en comparación con otras variantes de preocupación.
El lunes, la entidad alertó sobre la alta probabilidad de que la nueva mutación se propague por el mundo.
Múltiples países ya han confirmado casos de la nueva variante y los gobiernos de varias partes del mundo, entre ellos el de EEUU, suspendieron los viajes con las naciones del sur de África para evitar su propagación.