La alianza electoral para las elecciones presidenciales, que también involucra al partido Innovación y Unidad, responde, en primer término, a la necesidad de enfrentar y vencer al narco-Estado, el restablecimiento del orden democrático y del estado constitucional, comunicó el analista hondureño.
Ávila, quien fue precandidato presidencial por el Movimiento 5 de Julio de Libre en 2013 y 2017, consideró que, pese a que este pacto electoral solo es a nivel presidencial y no de los candidatos a diputado, el vínculo generará un incremento en el número de votos reales y estimó que la alianza opositora alcanzará aproximadamente 70%.
"Muchos de los denominados independientes se mostraron favorables a ese vínculo, cuyo propósito a corto plazo es sacar del poder al oficialista partido Nacional. En más de una década de gobierno cometieron, al menos, 12 violaciones constitucionales y otros métodos como fraude, coacción, terror, represión y centenares de asesinatos por motivos políticos", sentenció.
El exministro asesor económico del presidente de Honduras Manuel Zelaya (2006-2009) y exfuncionario de organismos mundiales y regionales aludió a un informe difundido por las Naciones Unidas luego de las "inconstitucionales y fraudulentas" elecciones de 2017, según el cual hubo 23 personas ultimadas durante esa campaña electoral.
A juicio de Ávila, la alianza también podría generar procesos contra la corrupción y acuerdos sobre cómo reestructurar la economía y la política y, pese a la pluralidad de ideologías, puede existir un consenso respecto a la eliminación de leyes antidemocráticas como la Ley de Escuchas Telefónicas, para escuchar las llamadas de los opositores y bajo el pretexto de evitar una posible rebelión.
Otro de los disposiciones impopulares es la Ley de Secretos Oficiales que, a juicio del también consultor internacional, viola el principio de transparencia pues el Gobierno maneja de manera oculta el dinero incautado a los autores de sucesos ilícitos o a grupos criminales, y también disposiciones ajenas a la soberanía nacional.
¿Cómo queda el país tras 12 años de gobiernos neoliberales?
Honduras experimenta hoy mayor pobreza, desigualdad, endeudamiento, una base productiva que no garantiza la soberanía alimentaria, baja producción y poca capacidad competitiva exportadora, sumado a otros elementos ético-sociales como alta corrupción, ineficiencia del aparato ejecutivo y con funcionarios en todos los niveles asociados al narco-Estado, dice el entrevistado.
"En nuestro programa gubernamental hablamos de la refundación de un país que quedó en ciernes. La llegada a la presidencia de la representante de Libre, Xiomara Castro, sería un suceso sin precedentes en la historia. No solo por ser la primera mujer con esa responsabilidad, sino también por su propuesta de integración, el aumento de la participación femenina y su visión liberadora, científica, democrática y pluralista", señaló el académico.
En contraste, la consolidación del Partido Nacional con el postulante Nasry Asfura, aseguró el analista, representaría la profundización del caos, violencia y enfrentamiento, "el advenimiento de la peor crisis política en la historia" y la consolidación del abuso, persecución y exclusión económica.
"Lamentablemente advierto las posibilidades de violencias, sea cual sea el resultado, por la publicidad falsa y engañosa empleada por el actual Gobierno y, al parecer, creada para infundir terror. La sociedad hondureña, caracterizada por la marginalidad y el poco acceso a la información, recibe esas manipulaciones mediáticas en términos religiosos e ideológicos", ratificó.
23 de noviembre 2021, 21:31 GMT
Ávila manifestó su confianza en la inmensa mayoría que apoya a Libre y en la voluntad ciudadana de poner fin a una administración "extremista, corrupta, ineficiente". Desde el punto de vista de la geopolítica, si a Estados Unidos les interesa ser coherentes con lo que expresan referido a la democracia, libertad y civilización, no deberían favorecer al oficialismo, opinó Ávila.
Violencia: una realidad preocupante
La violencia pre y poselectoral es "normal, estructural, histórica y permanente" en Honduras, con expresiones como la miseria y la inequidad. En las últimas dos semanas, ascienden a ocho los candidatos asesinados, si bien la Secretaría de Seguridad intentó desmentir las razones políticas de los hechos, pero no ha presentado pruebas de sus argumentos.
"Estas elecciones son muy particulares pues, por primera vez, el mismo Gobierno de Estados Unidos reconoce mediante la Corte Suprema de ese país que en Honduras existe un narcoestado. Actualmente, estamos frente a personas relacionadas con el crimen organizado e, incluso, una gran parte de los políticos no entiende de ética o justicia", aseguró.
Desde hace un tiempo, las organizaciones de la sociedad civil, las iglesias, los analistas y diferentes instancias locales y foráneas apuestan por un proceso limpio y exhortan a los partidos a la firma de un acuerdo en el cual sus máximos exponentes se comprometan a terminar con las rivalidades extremas, causantes de una treintena de muertes.
Tradicionalmente, los comicios muestran episodios de fraude, considerado por Ávila como un fenómeno estructural. Para el experto, tanto el Registro Nacional de las Personas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Cuentas responden a los intereses de agrupaciones partidistas dominantes, para mantener sus cargos públicos, de los mejor remunerados en la nación centroamericana.
"Es inconcebible que el presidente del CNE, Kevin Aguirre, pertenezca al Partido Nacional, caracterizado en años pasados por ser el más fraudulento y el violador de la Constitución de la República. De ahí reafirmo la necesidad de unión de las fuerzas opositoras y la conformación de un Gobierno capaz, de compromiso social y capacidad de negociación", aseveró.