Desde la sede de la Cancillería en Managua y frente a la prensa nacional y extranjera acreditada, el minsitro de Relaciones Exteriores, Denis Moncada, reconoció el apego de esa nación a cuestiones como la abstención del uso de la fuerza, las amenazas y la no imposición de medidas unilaterales, ilegales y coercitivas, elementos de obligado cumplimiento para la OEA, si bien los desconoce y transgrede continuamente de manera irresponsable.
En su condición de ministro, instruido por el presidente, Daniel Ortega, destacó la promoción y defensa de su país de los principios rectores del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, especialmente, aquellos referidos a la igualdad soberana entre los estados y la no injerencia en asuntos internos de otros territorios.
A su juicio, el organismo internacional es un foro político diplomático, surgido bajo la influencia de Estados Unidos como instrumento de injerencia e intervención y su actuar respecto a Nicaragua demuestra su misión como facilitador de la hegemonía de Washington y su complicidad frente al intervencionismo en las naciones de América Latina y el Caribe.
El canciller recordó las continuas condenas y rechazo a la actuación intervencionista de la OEA y la defensa a la soberanía, independencia, autodeterminación y el derecho del pueblo nicaragüense a seleccionar su Gobierno y definir sus políticas e instó al respeto de su ordenamiento e institucionalidad y a las normas internacionales.
"No nos reconocemos como colonia de ninguna potencia y reivindicamos la dignidad y el decoro nacional (…) frente a las acciones agresivas violatorias a la Carta de la ONU y del Derecho Internacional, por la Organización de Estados Americanos, los Estados Unidos y otras entidades colonialistas y neocolonialistas", refiere la misiva.
El documento concluye con la voluntad irrevocable, digna y patriótica del pueblo y Gobierno nicaragüense de abandonar ese espacio político, cautivo del país norteño, instrumentalizado a favor de sus intereses e impulsor de injerencia, golpes de Estado y desacuerdos en diversos escenarios de la región.
¿Qué representa la renuncia a la OEA?
La salida de Nicaragua de la OEA es una decisión política que no afecta las relaciones bilaterales entre el país y los organismos multilaterales, gobiernos o entidades financieras, solo su participación como miembro dentro de ese mecanismo regional.
Así aseguró a Sputnik, José Figueroa, diputado de la Asamblea Nacional por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y uno de los 83 parlamentarios que aprobó la declaración del órgano legislativo, el pasado 16 de noviembre, de condena a la injerencia extranjera en los asuntos internos de esa nación y los intentos de menoscabar su soberanía e independencia.
El documento, suscrito ya por otros poderes como la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Supremo Electoral, aludió a la resolución adoptada por 25 votos a favor, uno en contra, siete abstenciones y una ausencia, durante el 51 período ordinario de sesiones de la OEA, celebrado del 10 al 12 de noviembre último en la Ciudad de Guatemala.
Según el texto aprobado, las elecciones del 7 de noviembre "no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática" e instruye al Consejo Permanente de la OEA a realizar una "evaluación colectiva inmediata" de la situación en ese país, "a más tardar el 30 de noviembre". Tras ese periodo, esa instancia deberá tomar las "acciones apropiadas".
Denis Moncada, ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua
© Sputnik / Danay Galletti
Para los parlamentarios que firmaron la carta de condena a la OEA, la resolución es irrespetuosa, ilegítima y absolutamente ignorante de sus principios fundamentales, concernientes a la no intervención y el reconocimiento al derecho de todo territorio a elegir, sin injerencias, su sistema político, económico y social.
"La OEA trasciende en la historia como un instrumento de dominación estadounidense calificado por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, como el ministerio de colonias. Nombre bien ganado si se tiene en cuenta su papel como vía de castigo, chantaje y presión a aquellos indóciles respecto a la política de Washington", aseguró el secretario ejecutivo de la bancada sandinista.
A su juicio, ese mecanismo premia a los Gobiernos "sumisos" e incumple con elementos incluidos en su carta constitutiva como la preservación de la paz regional y el auxilio a sus Estados miembros frente a dificultades de cualquier índole: política, militar, desastres naturales o para el fortalecimiento de la democracia.
Pero ¿qué ha hecho en estos últimos años de vida política? Según Figueroa, la OEA actuó como cómplice de golpes de Estado a presidentes electos como Jacobo Árbenz, en Guatemala (1954); Salvador Allende, en Chile (1973); Hugo Chávez, en Venezuela (2002); Fernando Lugo, en Paraguay (2012); Manuel Zelaya, en Honduras (2009) y Dilma Rousseff, en Brasil (2016).
"Durante la intentona de golpe de Estado en Nicaragua, en 2018, recogieron informes falsos, dudosos y de fuentes no confiables, mediante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para acusarnos de violaciones, cuando en realidad nos defendíamos de una maniobra encaminada a la destrucción del país y con un saldo de más de 300 muertos y 1.000 heridos", argumentó.
La declaración de los parlamentarios aparece cuatro días después del ultimátum dado por el grupo regional, con plazo hasta el venidero 30 de noviembre, para lo que ellos consideran como "restauración de los derechos democráticos" y la liberación de 175 personas catalogadas como presos políticos, entre ellos, siete precandidatos a la presidencia en los pasados comicios generales.
Para 25 países dentro de la OEA, las elecciones realizadas el 7 de noviembre último no fueron "ni libres, ni justas, ni transparentes y no tienen legitimidad"; no obstante, varios poderes estatales nicaragüenses rechazaron esa postura e instaron al presidente Daniel Ortega, quien tiene la última palabra en la decisión de salida, a denunciar la carta constitutiva.
Cancillería de Nicaragua
© Sputnik / Danay Galletti
Desde la difusión de los resultados del sufragio por el Consejo Supremo Electoral, Estados Unidos impulsó numerosas sanciones, las más recientes prohíben el ingreso al país de Ortega, la vicemandataria Rosario Murillo, funcionarios de su gobierno, agentes policiales, jueces, fiscales, alcaldes, vicealcaldes, secretarios políticos y operadores de agencias reguladoras.
Figueroa, reelecto como diputado para el mandato 2022-2026, expresó que las prioridades hoy del Gobierno encabezado por el FSLN, también con mayoría parlamentaria, son la adopción de acciones encaminadas al bienestar ciudadano y la recuperación de la economía tras los daños causados durante las acciones violentas de 2018 y la pandemia de COVID-19.
La OEA fue creada en 1948 tras la aprobación de su carta constitutiva en Bogotá, Colombia, que entró en vigor en diciembre de 1951. Años después, en 1962, y bajo el contexto de la guerra fría, 14 votos a favor, 6 abstenciones y el voto en contra de Cuba, determinaron la expulsión de la nación caribeña de ese grupo.
El argumento esgrimido entonces fue "la adhesión de cualquier miembro de la Organización de los Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el Sistema Interamericano". En 2009, ese mecanismo derogó tal disposición y discutió su posible reingreso, si bien la isla declinó en todo momento su adhesión nuevamente a ese "vetusto caserón de Washington".
Sumado a ello, la OEA reconoce desde 2019 como representante de Venezuela ante ese organismo al autoproclamado presidente Juan Guaidó, desde que el primer mandatario, Nicolás Maduro, oficializara su salida del ente dos años antes. No obstante, países como México, Argentina y Bolivia objetan la representación del líder opositor en diversas reuniones de ese foro.