La SAD fue creada en homenaje al célebre escritor Fiódor Dostoievski, nacido hace 200 años en la nación de los zares.
"En 2015 creamos la Sociedad Argentina Dostoievski que tuvo la bendición ese mismo año del entonces presidente de la Sociedad Internacional Dostoievski, Vladímir Nikoláievich Zajárov", comentó en una entrevista con Sputnik el docente y traductor de literatura rusa, Omar Lobos.
El titular de esta institución, "un encendido promotor y mentor de nuestro trabajo a nivel internacional", llegó a visitar Argentina en 2015 "y avaló lo que habíamos trabajado en encuentros, publicaciones", explicó Lobos.
Así nació la SAD, en la actualidad presidida por Alejandro González, que fue alumno de Zajárov y docente en las Maestrías de Estudios Literarios y Literaturas Comparadas en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
A los pocos meses de su creación, la institución se incorporó a la Sociedad Internacional Dostoievski, y desde entonces se han realizado numerosas charlas, eventos e incluso dos jornadas sobre estudios eslavos en 2016 y 2018, una de las cuales contó con la participación de representantes de Colombia y Brasil.
"Alrededor de la SAD se han nucleado otros eslavistas, no solo de literatura, pues hay sociólogos, bizantinistas, especialistas en literaturas eslavas del sur, eslovenistas, serbistas, croatistas, y otros expertos en checo; todavía nos faltan polacos y ucranianos", comentó Lobos.
Para 2020 se había previsto organizar otra jornada bienal sobre estudios eslavos, pero la pandemia del COVID-19 postergó esta aspiración a 2022.
Surgimiento
El interés de Argentina por las traducciones eslavas comenzó a fraguarse a partir de 2003, tras el estallido social, político y económico que sufrió el país en los años 2001 y 2002.
Aquel mismo año se inauguró la cátedra de literatura eslava en la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, a la que se acercaron interesados en el tema que con el tiempo devendrían en especialistas.
A partir de ese momento, "se puede decir que nace la rusística argentina de manera orgánica, con un pie en las traducciones directas del ruso, que nacen a raíz de la crisis y de que una editorial como Colihue, a cuyo ejemplo siguieron otras, empezara a traducir, no solo del ruso", contextualizó Lobos.
Gracias al papel pionero que desempeñó esta editorial, muchos comenzaron a realizar sus primeras traducciones: el propio Lobos, Alejandro González y Fulvio Franchi, profesor de Literaturas Eslavas en la UBA y de Literaturas Extranjeras en el Profesorado en Letras Mariano Acosta.
El traductor argentino recordó, a propósito, el aporte valioso que hubo con traducciones argentinas anteriores a las de Colihue, al señalar que el país "goza de un pasado ilustre en ese sentido".
"Tenemos a la primera traductora de Vladímir Maiakovski a la lengua castellana, que fue Lila Guerrero", ejemplificó el traductor.
Argentina también cuenta con la primera versión del teatro completo de Antón Chéjov al castellano y del teatro completo de Aleksandr Pushkin, realizado por una actriz rusa que reside en la provincia de Mendoza (oeste), Galina Tolmacheva.
El escritor también destacó a Irina Bogdaschevski, que tradujo a los poetas rusos del llamado "siglo de plata", entre 1890 y 1930, con las editoriales Eudeba y Centro Editor de América Latina.
En el año del bicentenario de Fiódor Dostoievski (1821-1881), la SAD organizó una lectura completa y de corrido de Crimen y Castigo, la más popular de sus novelas, que se extendió por más de 26 horas con especialistas, traductores y lectores que recitaron los 41 capítulos de la obra en veinte lenguas distintas.