"La política antiarmenia, las limpiezas étnicas que llevan a cabo abiertamente las altas autoridades azerbaiyanas en Artsaj (como se autodenomina Nagorno Karabaj) y la destrucción y profanación del patrimonio cultural, así como los obstáculos a las organizaciones humanitarias internacionales, evidencian que los armenios no pueden ejercer su derecho a una vida segura y digna en su tierra natal bajo la jurisdicción o control de Azerbaiyán", señaló la Cancillería armenia en un comunicado.
Armenia y Azerbaiyán volvieron a enfrentarse el 23 de septiembre de 2020 por el territorio de Nagorno Karabaj, con fuertes bajas en ambos bandos. Tras casi un mes y medio de hostilidades los dos países alcanzaron el 9 de noviembre un alto el fuego con la mediación de Rusia.
Ereván instó al Gobierno azerbaiyano a cumplir los acuerdos para conseguir la paz duradera y la estabilidad en la región, en concreto facilitar la repatriación de los prisioneros de guerra y otras personas retenidas, establecer el paradero de los desaparecidos, investigar las desapariciones forzadas y proteger el patrimonio cultural y religioso armenio.
Además, llamó a la reanudación de las negociaciones para hallar una solución al conflicto de Nagorno Karabaj con la medición del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que integran Estados Unidos, Francia y Rusia.
Nagorno Karabaj, de población mayoritariamente armenia, es foco de conflicto desde que decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.