"No pueden venir aquí y tratar de comprar primero. Llevamos horas y ni siquiera es seguro que haya gasolina para todos. Los policías también son parte del problema", dijo uno de los motociclistas a la televisora local.
Los manifestantes lanzaron piedras a los agentes e incluso intentaron prender fuego a la gasolinera, ante el apuro con que los dueños de la estación colocaban protectores metálicos a las bombas de combustible.
Algunos criticaron al Gobierno de Ariel Henry y pidieron su dimisión, mientras señalaban que a pesar de sus promesas la situación continúa igual.
La crisis que se extiende por varios meses disparó la tensión en el país, y las pocas gasolineras que expenden combustible están abarrotadas por multitudes de personas, al tiempo que los precios suben en el mercado informal.
De poco más de dos dólares en los surtidores, la gasolina puede encontrarse en las calles hasta 25 dólares por galón, un monto al que no puede acceder la mayoría de la población.
El diésel también aumentó considerablemente su precio, afectando la generación doméstica de energía.
Las imágenes de las gasolineras atestadas se repiten en todo el país, poniendo en peligro la vida de miles de personas. Recientemente una de las estaciones explotó en el extremo norte del país, e incendió a su paso cientos de motos y varios vehículos.
Mientras, el líder de la coalición de bandas armadas, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, condiciona la distribución de combustible a la renuncia del primer ministro y el miércoles 3 volvió a amenazar al titular con despojarlo del cargo, incluso "a costa de sangre".