"El aumento del precio de la energía eléctrica tendrá como consecuencia una caída de 8.200 millones de reales [1.444 millones de dólares] del PIB brasileño, en este año, en comparación con lo que ocurriría sin la crisis energética", detalló la entidad en un comunicado.
Para 2022 la previsión es un impacto aún mayor, de 14.200 millones de reales (2.500 millones de dólares).
Según la CNI, el consumo de las familias brasileñas se reducirá en 7.000 millones de reales (1.232 millones de dólares), las exportaciones tendrán pérdidas equivalentes a 2.900 millones de reales (510 millones de dólares) y el impacto en el empleo será de al menos 166.000 puestos de trabajo.
La crisis energética de Brasil está provocada por el bajo nivel de las presas hidroeléctricas, lo que limita la producción de la energía más barata y obliga a activar las centrales térmicas, que son más caras.