"El desarrollo de los eventos en Sudán es una evidencia de la grave crisis sistémica que afectó a todas las áreas de la vida política y económica del país. Este es el resultado natural de la fallida política que se realizó en los últimos dos años", dice el comunicado.
El Ministerio resalta que el Gobierno de transición, así como sus patrocinadores y consultores extranjeros, ignoraron la desesperación y la difícil situación de la gran mayoría de la población sudanesa.
"La gran injerencia extranjera en los asuntos internos de la república llevó en la práctica a la pérdida de confianza de los ciudadanos de Sudán en las autoridades de transición, lo que en repetidas ocasiones dio lugar a numerosas protestas y provocó inestabilidad general en el país, incluido el aislamiento de algunas de sus regiones", subraya el documento.
La Cancillería rusa considera que los residentes de Sudán pueden y deben resolver sus problemas internos para así determinar el desarrollo soberano de su país a partir de sus propios intereses nacionales.
"La Federación de Rusia seguirá respetando la elección del amistoso pueblo sudanés y proporcionándole toda la asistencia necesaria", agrega el texto.
El Ministerio de Cultura e Información del país africano comunicó el 25 de octubre que el primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, tras su negativa a apoyar el golpe de estado, fue detenido junto con varios funcionarios y trasladado por militares a un lugar desconocido.
El general y jefe del Consejo Soberano del país, Abdel Fattah Burhan, anunció la imposición de un estado de emergencia en Sudán y la disolución del Gobierno del país.
25 de octubre 2021, 06:48 GMT
Además, algunos barrios de la capital, Jartum, se han quedado sin internet, el aeropuerto está inoperativo y varios puentes importantes están bloqueados.
El 21 de septiembre el país vivió un fallido intento golpista que terminó con la detención de unos 40 oficiales, supuestamente seguidores del ex presidente Omar Bashir, derrocado en 2019.
La semana pasada, decenas de miles de sudaneses se manifestaron en Jartum y varias ciudades más en apoyo a la transferencia de poderes de los militares a un mando civil, mientras el mandato del Consejo Soberano de Sudán, Gobierno de transición cívico-militar establecido en agosto de 2019, expira en noviembre.
A mediados de abril de 2019, Sudán vivió un golpe militar que puso fin a los 30 años del Gobierno del presidente Bashir, tras varios meses de protestas que se saldaron con decenas de muertos y centenares de heridos.