Saab compareció el 18 de octubre por primera vez ante un juzgado de EEUU luego de pasar casi 500 días detenido en Cabo Verde. Había sido detenido en junio de 2020 cuando, en viaje hacia la República de Irán en el marco de sus funciones como enviado especial del Gobierno de Nicolás Maduro, fue detenido durante su escala en el archipiélago africano.
Tajeldine apuntó que EEUU busca juzgar a Saab por un presunto lavado de dinero de unos 300 millones de dólares pero remarcó que "ese mismo hecho fue investigado por el fiscal de Ginebra, que verificó esos fondos y estableció que no hubo ningún desvío, ninguna corrupción y que evidentemente estaba todo legal".
La experta sostuvo que EEUU utiliza la causa, cerrada en Suiza tras una investigación de tres años, como una "excusa barata" para avanzar sobre un funcionario al servicio del Gobierno de Venezuela al que identifica como un objetivo político en el marco del enfrentamiento contra Nicolás Maduro.
"En su afán de perseguir a Venezuela, EEUU ha intentado capturar, perseguir, chantajear y aterrorizar a todos aquellos que han contribuido de una manera u otra para mantener la llegada de alimentos, medicamentos y otros productos a Venezuela, especialmente cuando más arreciaron las sanciones contra Venezuela", subrayó la abogada.
Para Tajeldine, el caso de Saab puede relacionarse con el de otras figuras que acabaron siendo juzgadas y detenidas en territorio estadounidense en función de diferencias políticas, como el caso de los cinco cubanos detenidos en 1998, la representante de la empresa china Huawei Meng Wanzhou o incluso el ciberactivista Julian Assange.
"Claramente EEUU hace uso político de su sistema de justicia para conseguir sus objetivos. En el caso de Saab hubo un claro secuestro y una extracción de una persona con complicidad de otro Estado para dejarlo ahí y usarlo como elemento de chantaje contra el país al que EEUU le ha declarado la guerra", afirmó.
Tajeldine enfatizó que, a pesar de los antecedentes de casos similares, la detención de Saab es más grave porque se encontraba cumpliendo funciones diplomáticas al momento de ser detenido. "Se ha violado una norma básica del derecho internacional que debe regir las relaciones entre los estados para asegurar la paz", dijo, en relación a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, que otorga a los enviados especiales de los países inmunidad diplomática.
La analista recordó además que Saab forma parte de la comisión social del equipo de la mesa de negociación entre el Gobierno de Venezuela y la oposición en México, donde Venezuela intenta recuperar el control de sus activos económicos en el exterior, alcanzados por las sanciones impuestas por Washington.
Tajeldine destacó que Saab cuenta actualmente con "un grupo de abogados" trabajando en las estrategias para asegurar su libertad en EEUU. Sin embargo, consideró que debe haber una solución de tipo político para garantizar los derechos del diplomático.
"Es evidente que la solución no es jurídica porque no hay ningún elemento jurídico de base real que pueda tomarse en contra de Alex Saab. Aquí todos los elementos son políticos y por tanto la solución tiene que ser política", dijo la abogada.
Para Tajeldine, parte de esa solución política debería ser "una acción internacional de repudio" al proceso llevado contra Alex Saab, que incluyera, por ejemplo, al propio secretario general de las Naciones Unidas.