"Es un Gobierno británico que no cumple necesariamente su palabra, ni respeta los acuerdos que suscribe", denunció el viceprimer ministro irlandés, Leo Varadkar, en declaraciones a la televisión estatal RTE.
El anterior jefe de Gobierno de la república de Irlanda respondía así a revelaciones del principal exasesor de Boris Johnson durante el proceso del Brexit, Dominic Cummings, sobre aparente mala fe y engaños de los británicos.
La urgencia de "ejecutar el Brexit" —según el eslogan de la campaña que brindó a Johnson una absoluta victoria en diciembre de 2019— llevó a Downing Street a firmar el polémico acuerdo sobre Irlanda del Norte a sabiendas de que después podrían "abandonar los apartados que nos disgustaban", según desvela Cummings.
"Teníamos objetivos y prioridades claros", afirma el exgurú de Johnson antes de subrayar que consumar el divorcio de la UE era "10.000 veces más importante que abogados voceando" sobre Derecho internacional.
Varadkar, que entonces gobernaba en Dublín, urgió al resto de gobiernos a estar vigilantes antes de cerrar tratos comerciales o políticos con Londres.
"No deben acordar nada con ellos hasta que estén seguros de que cumplirán sus promesas", dijo Varadkar en RTE.
Johnson pretende renegociar los términos del Protocolo norirlandés, cuya implementación ha creado dificultades comerciales, tensiones sociales y crispación política en la provincia.
Los políticos unionistas (probritánicos) piden que sea abolido y sustituido por un entendimiento que "respete plenamente la posición de Irlanda del Norte como parte integrante del Reino Unido".
El secretario de Estado para las relaciones con la UE, David Frost, secunda la posición unionista y subrayó esta semana, en una intervención en Lisboa, que la falta de confianza se siente en Londres tanto como en Bruselas.
"No siempre parece que la UE quiera que tengamos éxito", dijo en un discurso en que advirtió que la UE cometerá un "error histórico" si desatiende las demandas británicas de reforma sustancial.
La UE presentará este miércoles 13 de sus propuestas "prácticas", de aparente gran calado, para reducir las trabas burocráticas que el protocolo introduce en el movimiento de bienes entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Se espera que ambas partes inicien un intenso periodo de conversaciones esta misma semana.
Reino Unido salió de la UE a efectos prácticos el pasado enero, pero sus condados irlandeses siguen dentro del mercado único y bajo aparatados del marco regulador comunitario.
Se evitó así erigir una frontera física entre el norte y el sur de la isla, pero se creó una linde aduanera entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Inglaterra, Gales y Escocia), que ha puesto en pie de guerra a la comunidad unionista.