Ciencia

¿Por qué no mueren los animales venenosos con sus propias toxinas?

Un nuevo estudio echa luz al misterio de cómo algunas aves y ranas venenosas logran evitar la muerte a causa de sus propias toxinas. La respuesta no está en la mutación, al contrario de lo que se creía.
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En el marco de la investigación, los científicos estudiaron el pájaro Pitohui, una especie endémica de Nueva Guinea, y la rana dorada venenosa (Phyllobates terribilis), encontrada en Colombia.
Ambos son animales venenosos, los cuales obtienen su toxina al comer insectos que la contienen. Se trata de la batracotoxina (BTX), una sustancia cientos de veces más tóxica que el cianuro, detalla la Universidad de California en San Francisco (UCSF) en un comunicado.
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Pero si este veneno es tan mortal, ¿por qué las aves y anfibios en cuestión no mueren cuando lo ingieren? La habilidad de estos animales de evitar la autointoxicación es un misterio que ha desconcertado a los científicos desde hace mucho tiempo, compartió con Live Science (LS) Fayal Abderemane-Ali, uno de los autores del estudio.
Para entender mejor cómo funciona la resistencia a la toxina de estos animales, los investigadores han comparado la actividad de la BTX con la de la saxitoxina (STX), otra sustancia altamente tóxica que se ha estudiado ampliamente. La STX es producida por ciertas microalgas e incluso se ha utilizado en armas químicas ahora prohibidas. Actualmente no existe un antídoto para la intoxicación por BTX o STX.
Ambas neurotoxinas afectan las mismas estructuras en la membrana celular, unas proteínas llamadas canales de sodio. Estos pequeños túneles suelen estar cerrados, pero se abren para permitir que el sodio fluya hacia la célula. La STX y muchas otras neurotoxinas actúan como un corcho, bloqueando estos canales. La BTX, por su parte, hace lo opuesto, es decir, mantiene el canal abierto.
"Estos compuestos son muy peligrosos porque estos canales abiertos afectan las señales eléctricas en el corazón y el sistema nervioso, causando arritmias y parálisis mortales", detalló Dan Minor Junior, uno de los autores del estudio, citado por UCSF.
En la comunidad científica se creía ampliamente que los animales tóxicos poseen mutaciones en los canales de sodio, lo que evitaría que se envenenen por las toxinas. El estudio encontró, sin embargo, que este no es el caso de los Pitohui y los P. terribliis.
Los investigadores han concluido que lo más probable es que estos animales poseen un mecanismo de respuesta automática a los venenos. Se hipotetiza que se tratan de moléculas que pueden actuar como "esponjas de toxinas" y absorber estas sustancias.
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Los científicos esperan que sus hallazgos puedan utilizarse en el futuro en el desarrollo de tratamientos medicinales para los humanos.
"Cada animal ha desarrollado sus propias soluciones a los mismos problemas que enfrentan los humanos. Cuando estudiamos las adaptaciones que les han ocurrido a otros animales, también estamos potencialmente estudiando soluciones novedosas que los humanos podemos usar en nuestra propia medicina", compartió Jack Dumbacher, uno de los autores del estudio.
La investigación se ha publicado en la revista científica Journal of General Physiology.
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