En su decisión, el juez Paulo Rangel afirma que el decreto impide a "los ciudadanos cumplidores con sus deberes andar libremente por las calles de la ciudad" y compara el pasaporte con persecuciones a lo largo de la historia, como contra los judíos.
El pasaporte implantado por la alcaldía de Río de Janeiro determinaba que locales como cines, teatros, gimnasios o estadios exigieran a sus visitantes un comprobante de que estaban vacunados contra el COVID-19.
La decisión, una de las pocas en Brasil en este sentido, despertó críticas sobre todo en círculos cercanos al presidente Jair Bolsonaro.
El ayuntamiento de Río ya anunció que recurrirá la anulación determinada por la Justicia para que la exigencia vuelva a estar en vigor.