"No querían que podamos izar la wiphala, este código de integración, de hermandad, de armonía, consenso y respeto", lamentó Choquehuanca en un posterior discurso en la ciudad amazónica de Trinidad, transmitido por la televisión estatal.
Los incidentes en torno a la wiphala ocurrieron durante una ceremonia de izada de banderas nacionales y regional, en la plaza central de Santa Cruz, que el gobernador opositor de esa región, Luis Fernando Camacho, aprovechó para lanzar duros ataques contra el Gobierno socialista de Luis Arce.
Choquehuanca se retiró del acto luego del discurso del líder regional, tras lo cual seguidores de Camacho y funcionarios de la gobernación cruceña retiraron la wiphala izada por el vicepresidente, que tiene carácter de símbolo nacional desde 2009, informaron medios estatales y privados.
"¡Fraude!", denunciaban activistas opositores en referencia a la crisis política de 2019, mientras oficialistas gritaban "¡asesino!" a Camacho, uno de los líderes del golpe de ese año durante el cual policías quemaron las wiphalas bordadas en sus uniformes, mostraron videos en redes sociales.
"La wiphala no es solo de los indígenas bolivianos, es de todos nuestros pueblos; es la codificación del arco iris que no es boliviano solamente, no tiene fronteras, no divide, no tiene fronteras, no divide, y por eso para construir nuestra unidad hemos incorporado a la wiphala", justificó Choquehuanca.
Tras la restauración de la democracia en noviembre pasado y para disgusto de los sectores conservadores, el Gobierno de Arce ha colocado en todos los actos oficiales a la wiphala de siete colores a la par de la bandera tricolor nacional.
Según líderes indígenas y campesinos, la wiphala representa no solo a los valores culturales ancestrales, sino también la incorporación de las mayorías autóctonas a la vida política nacional, especialmente a partir del "proceso de cambio" iniciado por el Gobierno de Evo Morales en 2006.
"Entre bolivianos no podemos seguir profundizando la división, no podemos sembrar odio (porque) lo que se siembra se cosecha, tenemos que sembrar esperanza, paz, amor, todos", reflexionó el vicepresidente.
Líderes parlamentarios y de los sindicatos nacionales de campesinos e indígenas condenaron después, en mensajes por las redes, la "agresión" a la wiphala.