En cuanto a las estructuras de más de 250 metros, su número debe limitarse estrictamente. Y los edificios de más de 100 metros de altura "deben tener la escala adecuada", es decir, deben estar a tono con los edificios circundantes.
Mientras que en los Emiratos Árabes Unidos construyen la Torre Dubái Creek que tendrá una altura de 1.345 metros, en China, la Torre Shanghái quedará como la más alta del gigante asiático con 632 metros.
Como explican las autoridades chinas, "la carrera de rascacielos" que comenzó en el país después de los Juegos Olímpicos de 2008 es, de hecho, un intento de medir el prestigio en la planificación urbana, olvidándose de las urgentes necesidades de los vecinos. Los rascacielos requieren altos costos de mantenimiento y seguridad, incluida la resistencia a los terremotos, agregan contaminación lumínica e incluso representan un peligro para los aviones.
Las autoridades de China esperan que los desarrolladores tengan más oportunidades de prestar atención a las necesidades de los residentes y construir un entorno urbano cómodo para los seres humanos.
Además, se prohíbe el llamado "plagio de la construcción". China ya tiene réplicas del Tower Bridge, el Arco del Triunfo, la Ópera de Sídney, la Torre Eiffel e incluso la capilla de hormigón de Notre Dame du Haut, diseñada por Le Corbusier. Y esto sin mencionar la gran cantidad de proyectos bastante estándar que se pueden comprar a firmas de arquitectura a un costo relativamente bajo.
28 de julio 2021, 02:30 GMT