"Ha sido un tema vergonzante celebrar al mismo tiempo al héroe Miguel Hidalgo (1753-1811) y a su verdugo Agustín de Iturbide (1783-1824), que se erigió en emperador y motivó un conflicto político que derivó en su derrocamiento y abdicación en marzo en 1823", dijo en entrevista co Sputnik, el investigador Mario Vázquez Olivera.
El historiador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recuerda que Hidalgo agitó las campanas de su parroquia en el llamado Grito de Dolores, pueblo de Guanajuato, para llamar a la insurrección en el centro del país, el 15 de septiembre de 1810.
Explica: "México siempre ha conmemorado el llamamiento a la rebelión contra el gobierno colonial de la Nueva España" con la algarabía de una fiesta popular, la noche del 15 de septiembre, que evoca la primera gesta heroica de Hidalgo, quien fue fusilado el 21 de marzo de 1811, reconocido como "padre de la patria".
Este año es la primera vez que con el objetivo de conmemorar la consumación de la guerra de Independencia se celebra la proclamación del 27 de septiembre de 1821, con la entrada de las tropas rebeldes a la Ciudad de México.
"Juntar las dos fecha del Grito de Dolores (1810) y la proclamación de 1821 es observar la lucha por la Independencia como un proceso lineal, con la paradoja de que quien la consuma, Iturbide, fue el mayor enemigo de Hidalgo", explica Vázquez Olivera, autor del libro "El Imperio Mexicano y el Reino de Guatemala - Proyecto político y campaña militar, 1821-1823" (FCE, 2010).
Para los gobiernos posteriores a la Revolución Mexicana que estalló en 1910, "celebrar la proclamación de la Independencia 1821 siempre fue un tema espinoso, porque significaba darle un lugar conmemorativo a Agustín de Iturbide, que lanzó la instalación del Estado mexicano", prosigue el autor.
La historia académica mexicana siempre estuvo ligada a la historia oficial, al grado de que solo se conocen dos o tres biografías de Iturbide, quien se proclamó emperador, fue derrocado, exiliado a Italia y fusilado a su regreso subrepticio en 1824, y este año se reeditó una de principios del siglo XX.
Después de la Independencia, esos dos eventos de 1810 y 1821 fueron parte de la pugna de liberales y conservadores, prosigue.
"Los primeros liberales reivindicaron siempre a Hidalgo como símbolo de la rebeldía y la insurgencia; pero los conservadores festejaron a Iturbide, fecha del establecimiento del Estado independiente", apunta el investigador.
Dos gobiernos contemporáneos ha tenido que encarar ese dilema: en 2010 el entonces presidente Felipe Calderón y en 2021 el actual gobernante Andrés Manuel López Obrador.
"En buena medida es una discusión anacrónica, todos los gobiernos mexicanos han enfrentado un problema grave a la hora de conmemorar ambas fechas, se les ha vuelto difícil actualizarlas y reconocer el significado contradictorio de ambas", señala Vázquez Olivera.
14 de septiembre 2021, 16:38 GMT
En la administración de Calderón se emitieron monedas conmemorativas de todos los héroes.
Por primera vez apareció Iturbide, a quien le correspondió la moneda de cinco pesos: "Era difícil conseguirla, se emitieron pocas y al final solo entró al álbum de monedas".
Escondiendo a Iturbide
Los gobiernos mexicanos del siglo XX "encontraron la manera de exaltar a Hidalgo y esconder a Iturbide" resume.
No hay monumentos al derrocado primer emperador mexicano que se encumbró al poder después de tres siglos de dominio colonial español.
Ante ese dilema se ha visto López Obrador, alguien que presume de tener un gusto por la historia y ser un liberal.
"El presidente se precia de tener conocimiento histórico, pero la historia por la que tiene gusto es muy convencional", señala el académico del reconocido centro de estudios de la máxima casa de estudios del país.
Ese relato surgió de los gobiernos posteriores a la Revolución Mexicana que estalló en 1910, que abrieron paso a los rituales de siete décadas del Partido Revolucionario Institucional en el poder.
"Es la historia nacional que el presidente leyó en sus libros de texto escolares, de buenos contra malos, de liberales versus conservadores, y afirma que a él nadie le va dar lecciones de historia", prosigue el experimentado investigador.
Vázquez Olivera señala que si el jefe de Estado pudiera conversar con los mayores especialistas en la historia de México, "la respuesta sería que él ya tiene su otra narrativa".
"En mi opinión -concluye-, las festividades oficiales de 2021 están desligadas del conocimiento histórico académico, van completamente al margen del avance de las investigaciones históricas".
10 de septiembre 2021, 17:56 GMT
En suma, puntualiza, "ha sido una manera política habilidosa para enfrentar un problema histórico que tiene nueve desarrollos muy notables en estos campos del conocimiento".
En las festividades de la noche del 15 de septiembre y el desfile militar del siguiente día, el invitado especial será el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.