Construyendo 'puentes de amor' entre Cuba y EEUU
23:42 GMT, 13 de septiembre 2021
Danay Galletti Hernández
Desde Cuba
El 26 de septiembre se realizarán caravanas y eventos en el mundo contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba. La acción es organizada por Puentes de Amor, grupo radicado en EEUU y promotor de la solidaridad entre ese país y Cuba. Sputnik conversó con su líder el profesor Carlos Lazo.
Lea en SputnikLos puentes son enlaces, relaciones y abrazos; de ahí que, las ideas en contra del amor y promotoras del odio no conforman puentes, erigen barreras, asegura Lazo a Sputnik para explicar
el nombre de su iniciativa, que despierta la esperanza e impacta en el imaginario popular, especialmente en la comunidad de
cubanos radicados en el exterior.
La iniciativa surgió en 2017 de un plan escolar
denominado Fábrica de Sueños. Lazo enseñó a sus alumnos a conjugar verbos en español como cultivar y arrancar, frecuentes en la poesía de José Martí, mediante la canción
Guantanamera, de José Fernández, pero cuya versión más conocida comprende estrofas de los
Versos sencillos del intelectual cubano.
La idea era buscar mostrar la "otra cara de la moneda": "Recibimos bombardeos de mentiras, difamaciones y una versión distorsionada de la realidad sobre Cuba, basada en el rencor y el castigo. Casi no existían voces aquí que mostraran la otra cara de la moneda. Si bien, advierto que la mayoría abogamos por el acercamiento entre las dos naciones, muchos tienen miedo de la presión, el acoso y la ofensa en las redes sociales", indicó.
Desde ese momento empezaron los contactos para hacer intercambio con niños cubanos y tres meses más tarde, con el apoyo de la organización Cuba Educational Travel, llegaron a la isla 40 personas entre estudiantes y padres. Desde 2018 hasta 2020 acontecieron cuatro viajes más. Después recogieron donaciones para los damnificados en La Habana por el tornado de 2019.
"A ellos les fascina ir a Cuba y más de 200 personas visitaron la isla durante esos encuentros, en los cuales conocieron a artistas como Waldo Mendoza, el grupo Buena Fe y Omara Portuondo. Aunque, otra parte significativa del origen e impulso del proyecto, son mis vecinos de Jaimanitas, mi infancia y adolescencia allí y mi tía Victoria de San Diego de los Baños", recordó.
Puentes de Amor no es una organización formal. Inicialmente conformado por estudiantes de diversas escuelas públicas de EEUU, hoy su página de Facebook tiene 70.000 seguidores y representa un movimiento y una idea de quienes apuestan por los vínculos entre ambas sociedades y Gobiernos, basados en el respeto y el diálogo.
Pero todo esto se suspendió durante el gobierno de Donald Trump (2017-2021), como parte de las 243 medidas contra la isla, entre ellas, los viajes por categorías educativas. "No pude quedarme callado. Debía buscar alternativas para llevar a mis estudiantes, mostrarles mis señas de identidad y cultura, defender el derecho de los norteamericanos de conocer Cuba y enfrentar a quienes obstaculizaran esos vínculos", puntualizó Lazo.
Iniciativas contra el bloqueo impuesto a Cuba
La voz del académico adquirió mayor protagonismo en la
diáspora cubanoamericana a partir de la
travesía en bicicleta que comenzó el 11 de julio de 2020 y que lo llevó desde Seattle, en la costa del Pacífico, hasta Washington D.C., un recorrido de más de 5.000 kilómetros en reclamo por el cese del bloqueo.
Unos meses más tarde, Lazo y sus seguidores impulsaron una petición al entonces candidato demócrata Joe Biden, pidiendo la reactivación de la embajada en La Habana, la normalización en la emisión de visados y servicios consulares y la restauración del Programa de Reunificación Familiar, suspendido en 2017.
Las demandas, suscritas por más de 27.000 firmantes hasta la fecha, comprendieron también el restablecimiento de los vuelos de aerolíneas estadounidenses a las provincias cubanas, los envíos ilimitados de remesas, la libertad de los estadounidenses de viajar a la isla y el incentivo de las relaciones financieras y comerciales; así como el estímulo de inversiones económicas, intercambios científicos y culturales.
Este año, el 27 de junio, comenzó otro nuevo peregrinaje, a pie y durante 2.000 kilómetros desde Miami hacia Washington D.C., con el reclamo a Biden del levantamiento de las sanciones sobre la familia cubana. "Es hora de que, frente al odio y la intolerancia, prolifere la generosidad y la humanidad hacia el pueblo que, en medio de la pandemia, resiste el asedio económico", manifestó Lazo en esa oportunidad.
En ese recorrido de varias semanas, los participantes, de acuerdo con Lazo, reunieron amigos y les explicaron a norteamericanos de cualquier raza, religión y credo la necesidad del cese de "esa política obsoleta e inhumana de EEUU contra Cuba que, tras seis décadas de tensiones, solo han dejado miseria, dolor y resentimientos".
Asimismo, se sumó a la
propuesta solidaria Jeringuillas para Cuba, organizada por la Campaña Salvando Vidas y la organización humanitaria Global Health Partners con el objetivo de contribuir al programa de
vacunación contra el COVID-19 y en respuesta a la contracción económica provocada por la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo.
"¿Qué otros recursos empleo? Escribo artículos, poesías y canciones; organizo actividades y viajes culturales a Cuba e iniciativas como recogida de fondos, donativos para enviar o llevar ante una situación difícil y bicicletear o caminar hasta Washington D.C. para hablar sobre la necesidad de construir puentes de amor. Somos una fábrica de sueños y proyectos", argumentó.
Para Lazo siempre habrá acciones en esa lucha por las causas justas y en beneficio de la familia cubana, desde la alegría, la música y con la señal de que "vamos hacia una fiesta de amor, cuando los pueblos de Cuba y Estados Unidos se den la mano, se establezca la solidaridad y no se trate de ahogar a la isla".
No obstante, a diario recibe amenazas de muerte, ofensas, ciberbullying y agresiones físicas: "El mes pasado de camino a Washington nos tiraron un camión encima que casi provoca un accidente, igualmente, varios automóviles intentaron arrollar a los jóvenes en su reclamo por puentes de amor", denunció.
Lazo, originario de la localidad habanera de Jaimanitas, estuvo de visita en la isla en agosto último y visitó instituciones educativas como la Universidad de La Habana y habló con el presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
"Recibo diariamente mensajes de apoyo, pero también algunos que, desde una visión pesimista, no están conformes con la iniciativa. Las conexiones se cimentan en ambos sentidos y, muestra de ello, fue la reunión con el mandatario y su voluntad de avanzar en el camino de normalizar las relaciones entre los cubanos, radicados en Cuba y los emigrantes", reconoció a Sputnik.
En ese encuentro, Lazo le planteó a Díaz-Canel problemáticas que afectan a las dos comunidades. "Que él me escuchara y expresara su disposición de trabajar en esa meta, me resulta esperanzador", dijo.
Su premisa es la frase de Martí: "Hacer es la mejor manera de decir", y su apuesta es edificar conexiones y puentes, no muros.
¿Quién es Carlos Lazo?
Lazo nació en 1965 en un pueblito de pescadores al oeste de La Habana denominado Jaimanitas. Creció en un ambiente sano, libre y a menos de 200 metros del mar. "Me iba con mis amigos a mataperrear, como decimos allá, y a las 12 del mediodía escuchaba la voz de mi madre a lo lejos: Carlitos, vamos a almorzar".
De niño quiso ser marinero o ingeniero naval y en la juventud su sueño fue la medicina. Pero diversos acontecimientos en su vida determinaron un cambio drástico en los planes: el año 1980 representó para el profesor "desgarramiento y ruptura". Su hermano pidió asilo en la embajada de Perú y marchó a ese país y luego su madre viajó a EEUU.
"Con 15 años me quedé solo en La Habana y pasé el preuniversitario a duras penas gracias al maestro Rolando Ardiles. Después de 40 años nos reencontramos el mes de agosto último en mi visita a Cuba. Él me dio esperanzas y me abrigó cuando algunas personas, por cuestiones políticas e ideológicas, me dieron la espalda", evocó Lazo.
Llegó a EEUU el 20 de octubre de 1991, fecha que conmemora el
Día de la Cultura Cubana. Desde entonces fue repartidor de pizzas, mesero en un restaurante, camionero en el sur de la Florida y en 1998, tras mudarse a Seattle, trabajó durante 10 años como consejero de personas con enfermedades mentales.
Por esa época,
se unió a la Guardia Nacional de EEUU, estudió enfermería y en 2003 intervino en la
guerra en Irak. Su experiencia durante la ofensiva— iniciada el 20 de marzo de ese año— lo hizo meditar sobre Cuba y los costos de aquella intervención humanitaria.
"Eso yo no lo quería para mi país. Fue una experiencia muy fuerte presenciar en vivo y en directo las consecuencias de los conflictos bélicos sobre los pueblos, lo mismo para los que invaden que para los que son ocupados; ese dolor y desgarramiento cuando los hombres se ponen unos contra otros, y resuelven los problemas con la violencia y la muerte", señaló.
A su regreso de la guerra en 2005, enfrentó las medidas impuestas por el entonces presidente George W. Bush (2001-2009) referidas a los viajes de los cubano-estadounidenses a la nación caribeña que establecían la visita a familiares cercanos —cónyuges, hijos, nietos, padres, abuelos, hermanos o las parejas de alguno de ellos— una vez cada tres años.
"Con dos hijos en la isla, en ese momento me convertí en un activista contra aquellas sanciones crueles empleadas como castigo para las familias cubanas, similar a lo que sucede hoy, y con el mismo argumento: derrocar al gobierno cubano. Todavía Biden no ha cumplido su promesa electoral y las sanciones contra la familia continúan intactas", explicó.
En las primeras décadas del siglo XXI, terminó en la Universidad de Washington dos licenciaturas, una en Estudios Internacionales y otra en Literatura Hispanoamericana; después cursó una maestría en esa última especialidad, un posgrado en Pedagogía e impartió clases de español durante tres años en ese centro de altos estudios.
Lazo recuerda a su profesor, Ardiles, como su inspiración: "Gracias a Ardiles comprendí también la necesidad de que los maestros crearan puentes de amor con los alumnos, conocieran sus vidas, los ayudaran y los vieran más allá de su rol de aprendices. Los estudiantes deben considerar al profesor como un amigo, un padre, una figura que los puede moldear para lograr esa concepción de paz. Esa es mi filosofía", concluyó.