La charla se inició en Twitter cuando Rogozin publicó en su cuenta un artículo de CNN dedicado a su invitación a Elon Musk para visitar la casa de Rogozin en Rusia y discutir "la exploración del universo, la vida extraterrestre y cómo podemos usar el espacio para preservar la vida en la Tierra".
Rogozin advirtió que ya tenía la tetera puesta en el fuego. En este contexto, Musk le preguntó qué tipo de té le gustaba. El empresario ruso le respondió que prefiere el té negro, favorito de su abuela y publicó una foto.
Se trata de una marca rusa producida en la legendaria fábrica de Riazán a base de plantas secas importadas de la India. La propia fábrica fue fundada en 1954. Durante la época soviética, suministraba hasta el 30% de sus materias primas de las plantaciones de té soviéticas, ubicadas en el territorio de Georgia y el territorio de Krasnodar. Aunque están ubicadas en un clima mucho más frío del que se considera normal para esta planta tropical, el microclima único de los valles del Cáucaso le otorga un sabor muy específico e intenso a esta bebida.
Plantaciones de té en la República Socialista Soviética de Georgia
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Una mujer cosecha té en los valles de la República Socialista Soviética de Georgia
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Durante décadas, el té de la fábrica de Riazán fue considerado uno de los de mayor calidad en la URSS. Se incluyeron paquetes de té con la imagen del elefante en pedidos especiales para líderes soviéticos y se presentaron a los altos invitados del país. Los ciudadanos soviéticos solían consumirlo caliente mientras mordisqueaban un terrón de azúcar blanca, un trozo de limón o añadiendo leche directamente en la taza con el té.
Una mujer presentando el té soviético
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