"Hemos detenido los desembolsos en nuestras operaciones en Afganistán y estamos monitoreando y evaluando la situación de acuerdo con nuestras políticas y procedimientos internos", dijo la fuente a la cadena televisiva CNBC.
El organismo, añadió, está preocupado por el impacto que podría tener la situación actual en Afganistán "en las perspectivas de desarrollo del país, especialmente para las mujeres".
El Banco Mundial ha invertido más de 5.300 millones de dólares en proyectos de desarrollo en Afganistán desde el año 2002.
La medida fue tomada poco después de que el Fondo Monetario Internacional comenzara a bloquear el acceso de Afganistán a todos sus recursos.
Los combatientes del movimiento talibán se hicieron con el control de buena parte de Afganistán en la primera quincena de agosto y el día 15 entraron en Kabul, retomando el poder tras dos décadas de intervención aliada que llegará a su término a fines de este mes.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, huyó del país y ahora está refugiado en Emiratos Árabes Unidos.
Los talibanes dejaron claro de entrada que aspiran a un "traspaso completo" del poder en Afganistán, si bien anunciaron más tarde la disposición de negociar la creación de "un gobierno transparente, inclusivo e islámico".
El movimiento Talibán
Los talibanes (estudiantes), autodenominado Emirato Islámico de Afganistán, es un movimiento fundamentalista islámico con una fuerte ala paramilitar. Se fundó en 1994 por yihadistas que lucharon contra la República Democrática de Afganistán y el contingente soviético que lo apoyaba.
Dominó el país desde 1996 tras ganar la guerra civil. Refugió a Osama bin Laden y fue derrocado durante la invasión de EEUU tras el 11S, pero recuperó el poder con la retirada estadounidense en 2021.
Es considerado un grupo terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU y está prohibido en Rusia, Turquía y Canadá.