Los incendios se han producido en medio de temperaturas que superan los 40 grados, durante la peor ola de calor de Grecia en más de 30 años.
El 3 de agosto un gran incendio arrasó el norte de Atenas y afectó la capital con cortes de energía generalizados, ya que la infraestructura eléctrica se ha visto parcialmente dañada.