Ortiz perdió en la final frente a la japonesa Akira Sone, nueva monarca olímpica, en un combate que se prolongó por más de 10 minutos en el tatami del Nippon Budokan, en la capital japonesa.
La atleta cubana, de 31 años de edad, unió esta medalla de plata en Tokio, al bronce ganado en las Olimpiadas de Pekín (2008), el oro en Londres (2012), y la plata en Río de Janeiro (2016), lo que la convierte en la judoca cubana con mejores resultados internacionales.
Las medallas de bronce en esta división fueron para las judocas Iryna Kindzerska, de Azerbaiyán; y Romane Dicko, de Francia.
Hasta el momento, Cuba acumula en estos juegos estivales de Japón una medalla de plata —la ganada por Ortiz—, y una de bronce obtenida por Rafael Alba, en taekwondo.
La isla caribeña tiene puesta sus aspiraciones en el atletismo y el boxeo, para mejorar su posición en el medallero olímpico.
Cuba es el país iberoamericano que más medallas olímpicas acumula en la historia de estos juegos, con 226 —78 de oro, 68 de plata y 80 de bronce—, en 20 ediciones de esta fiesta deportiva bajo la bandera de los cinco aros.