El IPC, el Índice de Precios al Consumo, que se utiliza para fijar la subida o bajada en los precios, aumentará de media en 2021 un 2%, según los datos que barajan el Banco de España y Funcas —el panel formado por los 20 equipos de analistas más importantes del país—. La cesta de la vida subirá, de media, un 1,9%. Por el otro lado, el IPC sube un 2,7% en junio 2021 comparado con el mismo mes del año anterior.
La culpa la tiene, sobre todo, la subida en la tarifa de la luz. Los gastos del piso aumentan un 10,9% en los últimos doce meses, y un sorprendente 8,2% desde enero, publica El Economista. El Instituto Nacional de Estadística arroja datos negativos para los españoles: los productos energéticos como la luz han aumentado un 17,4% en los últimos ocho meses.
El transporte es la segunda causa de que los españoles pierdan poder adquisitivo este año. Sobre todo por la subida del precio de los carburantes, de un 17,2% en términos anuales y un 14,5% desde enero.
La alimentación y las bebidas no alcohólicas también suben. Un 1,1% en términos anuales y un 1,7% desde enero.
A estos tres factores se suma la subida de los impuestos. El Gobierno del Partido Socialista modificó la presión fiscal al alza. Esperaban recaudar más, unos 6.100 millones de euros, pero el retraso en algunas de las medidas fiscales está haciendo que el Estado recaude poco más de la mitad de lo que esperaba recaudar.
Sin embargo, como recuerdan en El Economista la subida en el precio de la vida no impacta a todos por igual. Cuanto más baja es la renta familiar, más complicado resulta adaptarse a los nuevos precios.