En opinión de especialistas, la principal fuente de contagio con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en estas edades está en los contactos intradomiciliarios, una batalla que hay que mantener activa para aislar al máximo la enfermedad de los espacios más vulnerables, entre ellos el hogar.
La realidad a veces abruma. A pesar de los llamados gubernamentales al autoaislamiento, a mantener las distancias entre personas y evitar estar en la vía pública innecesariamente, la presencia de niños y adolescentes es recurrente en calles y parques, principalmente en zonas densamente pobladas y periféricas, muchas veces sin la protección debida, una responsabilidad que recae enteramente en los padres y en los adultos responsables de su cuidado.
A esto se suma el contacto de los menores de edad con personas adultas que conviven con ellos y permanecen en las calles ya sea por obligaciones de trabajo, por ocio o por otras circunstancias que, unidas a la falta de medidas preventivas como el uso de las mascarillas y de sustancias desinfectantes dentro del hogar, elevan aun más las posibilidades de riesgo.
Durante su participación en la más reciente reunión del grupo de trabajo de científicos y expertos que lideran las actividades de ciencia e innovación tecnológica en el enfrentamiento al COVID-19, la doctora Lissette López, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública (Minsap), destacó que se incrementan los esfuerzos y estrategias de las autoridades sanitarias por ganar la batalla en la bioseguridad intradomiciliaria, la principal fuente de contagio en el ámbito pediátrico.
"Nosotros tenemos la fortaleza en la asistencia; tenemos la fortaleza en el pesquisaje, en el tratamiento y la convalecencia que en pediatría tiene un ritmo muy favorable; realmente lo que tenemos que evitar es que se nos enfermen, pero para eso tenemos que llegar a cada familia, y eso lo estamos haciendo en cada uno de los territorios", subrayó la doctora López.
La especialista confirmó además que el 99,9% de quienes han sido afectados por la enfermedad COVID-19 han tenido una supervivencia hospitalaria, y en las unidades de cuidados intensivos la supervivencia es del 98,9%, con cuatro niños fallecidos.
Secuelas del COVID-19 en niños y adolescentes
La jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Minsap señaló además que se han detectado afectaciones psicológicas, cardiovasculares, neurológicas, renales, intestinales y pulmonares en menores de edad convalecientes de esta enfermedad.
Según la doctora López, las más comunes resultan las afecciones cardiovasculares como la miocarditis (inflamación del músculo cardiaco) y la pericarditis (inflamación de la capa exterior que recubre el corazón), hipertrofias de ventrículos, sudoraciones profusas, hipertensión arterial y arritmias, presentes incluso en los infantes más pequeños; además de describirse algunas alteraciones neurológicas y dentro de ellas la encefalitis (inflamación del encéfalo), subraya un artículo publicado en el sitio web del Minsap.
A su vez, se ha detectado daño renal e intestinal, siendo las diarreas el cuadro más frecuente, asociándose también la pérdida del gusto y la anorexia (pérdida de apetito).
También se han detectado casos de excitabilidad, miedos y falta de concentración, afectaciones desde el punto de vista psicológico que de tratarse a tiempo tienen una solución satisfactoria, manifestaciones que están asociadas al cambio de vida que provoca la hospitalización, en algunas ocasiones separados de sus familiares debido a su condición clínica.
La experta agregó que los niños y adolescentes afectados por el COVID-19 son atendidos por los médicos en el sistema de atención primaria de salud, donde se trabaja de forma encadenada con la atención secundaria y con pediatras y especialistas, con el objetivo de pesquisar, detectar y tratar las alteraciones orgánicas, funcionales y psicológicas que el virus provoca tanto en pacientes asintomáticos como sintomáticos leves.
Existen estudios que demuestran que los síntomas pueden perdurar de seis meses a más de un año posterior a la infección, pero ese es un tema que aún está en investigación, enfatiza la nota publicada en el sitio web del Minsap.