El primer ministro de Israel, Naftali Bennet, llamó a Alan Jope, el director ejecutivo de Unilever —la transnacional propietaria de Ben & Jerry's— para hablar acerca de la decisión, la cual consideró de "mucha gravedad".
"Desde la perspectiva del Estado de Israel, esta es una acción que tiene graves consecuencias, incluso legales, y se tomarán medidas contundentes contra cualquier boicot dirigido contra sus ciudadanos", afirmó Bennet a través de un comunicado.
El primer ministro apuntó, además, que "esta decisión es moralmente incorrecta" y que, con el tiempo "quedará claro que también es comercialmente incorrecta".
Ben & Jerry's anunció el pasado 19 de julio que las ventas de sus helados en Cisjordania y la Franja de Gaza eran "inconsistentes" con sus valores, por lo que no renovarían el acuerdo con el distribuidor local de sus productos, lo cual expira a fines de 2022.