"Estos informes (...) confirman la urgente necesidad de regular mejor la venta, transferencia y uso de tecnología de vigilancia y garantizar una supervisión y autorización estrictas. Sin marcos regulatorios que cumplan con los derechos humanos, simplemente hay demasiados riesgos de que se abuse de estas herramientas para intimidar a los críticos y silenciar la disidencia", dijo Bachelet en un comunicado.
Según una investigación de 17 medios de comunicación de EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania y otros países, el software Pegasus de NSO Group se utilizó para piratear teléfonos inteligentes que pertenecían a activistas y abogados de derechos humanos, periodistas, ejecutivos de empresas e incluso dos mujeres cercanas al periodista Jamal Khashoggi, asesinado en el Consulado saudí en Estambul en octubre de 2018.
Forbidden Stories, una organización sin fines de lucro con sede en París, y Amnistía Internacional compartieron con los medios asociados en la investigación una lista de más de 50.000 números de teléfono cuyos propietarios podrían haber sido potencialmente objeto de vigilancia por parte de los clientes gubernamentales de NSO.
"Dado que el software espía Pegasus (...) permite intrusiones extremadamente profundas en los dispositivos de las personas, lo que da como resultado información sobre todos los aspectos de sus vidas, su uso solo puede justificarse en el contexto de investigaciones de delitos graves y amenazas graves a la seguridad", señaló Bachelet. .
El jefe de derechos humanos de la ONU pidió además a los Gobiernos que pongan fin inmediatamente al uso de tecnologías de vigilancia en formas que violen los derechos humanos y tomen medidas para regular la distribución, uso y exportación de ese tipo de tecnología creada por otros.