"Nos encontrábamos en el proceso de vacunación contra el COVID-19 cuando se dirige Alejandro Gil Gómez hablando por teléfono, toma asiento en el box, pasando por alto la espera de pacientes ingresados previamente, y nos solicita que debíamos vacunarlo a pesar de tener ya las dos dosis", señalaron dos funcionarias de la clínica a través de una denuncia privada que fue dada a conocer por el medio La Tercera.
Las funcionarias detallaron que Gil ya tenía dos dosis del producto chino Sinovac, pero esta vez quería la vacuna estadounidense Pfizer, argumentando que las dos primeras dosis no habían surtido efecto inmunizante.
Ante la negativa de las enfermeras, Gil llamó a la jefa de enfermería y decidieron aplicar la vacuna, convirtiéndose en el único chileno en tener tres dosis de la vacuna contra el COVID-19.
La clínica admitió el hecho en un comunicado y lo justificó argumentando que Gil es una persona de alto riesgo de contagio.
El Ministerio de Salud inició una investigación sumaria para corroborar el hecho y determinar las sanciones correspondientes.