El aparato, bautizado como Elvis —una abreviación de Electronic Vision (visión electrónica, en español)— está integrado por un implante neural, una diadema equipada con dos cámaras y un pequeño ordenador.
El microchip, implantado en el cerebro, estimula la corteza visual, algo que le da a una persona ciega la impresión de poder ver. Luego, el microordenador analiza en tiempo real las imágenes captadas por las cámaras instaladas en la diadema y define sus contornos con la ayuda de la inteligencia artificial. Finalmente, vuelve a enviar los datos al implante.
Así es cómo verá los objetos una persona equipada con Elvis:
Los creadores del dispositivo afirman que será de gran ayuda a las personas que perdieron la visión por un trauma o sufren de desprendimiento de retina o de la atrofia del nervio óptico. Al mismo tiempo, todavía no se sabe si funcionará de la misma manera en los ciegos de nacimiento. El director del proyecto, Denís Kuleshov, recuerda que hay alrededor de 300.000 personas invidentes solo en Rusia.
Hasta la fecha, los investigadores están llevando a cabo las pruebas del implante en ratones de laboratorio. Sin embargo, cuando obtengan la autorización correspondiente, tienen previsto instalarlo a diez voluntarios. Cualquier persona invidente tiene la oportunidad de participar en los ensayos clínicos del aparato, programados para los años 2023-2026: simplemente es necesario enviar su historia a través de la página web del proyecto.
24 de agosto 2020, 18:06 GMT
"Si bien esto todavía no se puede calificar de un sustituto de la vista, es algo que definitivamente mejorará la calidad de vida de los invidentes", declaró el vicepresidente de Skólkovo, Kiril Kayom, quien compara el invento con los implantes cocleares que devuelven el oído a las personas con dificultades auditivas.