España

Una tendencia imparable: ya solo el 10% de los españoles elige casarse por la Iglesia

La pandemia ha terminado por rematar una estadística cuyo punto de inflexión se registró en 2009, cuando el número de matrimonios civiles superó por primera vez a los religiosos. Ahora ganan por goleada: casi el 90%. En 2020 apenas se celebraron 26 enlaces al día por el rito católico. La tendencia también afecta a bautizos y primeras comuniones.
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El proceso de secularización por el que atraviesa la sociedad española está a punto de culminarse, a juzgar por las estadísticas en materia nupcial. La indiferencia ante el hecho religioso parece haber prendido definitivamente en la población, que ya sustituye claramente los ritos católicos por otros de naturaleza laica.
Las cifras registradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no dejan lugar a dudas. En España se celebran cada vez menos bodas religiosas. Su caída es vertiginosa, una tendencia acentuada además en 2020 con motivo de la pandemia de coronavirus y las restricciones que ha comportado. De resultas, tan solo el 10,5% de los matrimonios que se oficiaron ese año atendieron al rito católico. La cifra impresiona, habida cuenta de que a principios de siglo, en el año 2000, las ceremonias religiosas representaban el 75,6% del total de matrimonios. Es decir, en apenas 20 años la estadística ha dado un vuelco feroz; casi el 90% de los enlaces registrados son de tipo civil.
El proceso se puede definir también como una inflexión sin retorno desde 2009. En ese año los matrimonios religiosos católicos ya se redujeron al 45,5% (se celebraron 91.281), cediendo la primera posición a los de tipo civil (94.097) por primera vez. Y en cuanto a las bodas celebradas en 2020 por otros ritos religiosos distintos al católico, estos representaron únicamente el 0,05% del total.
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Las cifras del desplome

Para entender la actual situación hay que tener en cuenta los datos de 2019, cuando se inscribieron 33.869 matrimonios católicos (el 20,8% del total). La cifra atendía a un descenso más o menos escalonado desde el año 2000, cuando las preferencias de los españoles por el rito católico suponían el 75,6% del total. En 2018 fueron del 24,1%.
Pero las limitaciones al normal desempeño de la vida diaria que impuso la pandemia en 2020 obraron un auténtico agravamiento de la tendencia observada a lo largo de los últimos lustros: el 10,5%, algo más de 10 puntos porcentuales de diferencia. En total, en 2020 hubo 9.444 bodas oficiadas por la iglesia católica. Una al año por cada 2,5 parroquias, unas 26 ceremonias al día en todo el país.
El desplome afecta a los matrimonios en su conjunto, sean religiosos o civiles. En 2020 se formalizaron 90.416, un 45,71% menos respecto al año anterior. En conclusión, los españoles se casan cada vez menos, pero cuando lo hacen, no pasan por el altar de ninguna iglesia, sino por los juzgados.
Por regiones, Cataluña y País Vasco presentan los menores índices de la preferencia por el matrimonio católico. En la primera, las provincias de Barcelona y Gerona arrojaron en 2019 un exiguo 10% que escogió este tipo de matrimonio. Ese mismo año, en el País Vasco, sólo el 12% optó por él en la provincia de Vizcaya. Por contra, en Jaén y Córdoba (Andalucía), el 48% y el 40%, respectivamente, prefirió la opción religiosa, en cualquier caso superada por la civil.
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Similar tendencia en bautizos

Y del mismo modo que cae el número de matrimonios religiosos, también lo hace el de otros sacramentos, como los bautizos y las primeras comuniones. Entre 2007 y 2018 su celebración se contrajo un 40,6%, pese al descenso de la natalidad en España de un 20% en el mismo periodo.
En la última memoria de la Conferencia Episcopal Española disponible, la de 2020, se consigna la celebración en 2019 de 175.844 bautizos, frente a los 193.394 de 2018 o los 349.820 de 2010, el año de mayor alza y a partir del cual su descenso es constante. Este es menos acusado en las primeras comuniones, seguramente por el carácter de reunión social festiva y consumista que rodea al evento. En 2019 se organizaron 204.618, un número algo inferior a las celebradas en 2018 (222.345), en 2017 (229.602) y en 2016 (238.671). Como los bautizos, la celebración del sacramento de la primera comunión cae desde su punto más álgido en 2010, cuando se registraron 280.654.
En cualquier caso, estas caídas se producen paralelamente a la del nivel de religiosidad de la población observado por las encuestas, donde se estima que la confesión católica pierde en España unos 300.000 fieles al año. En su estudio de mayo, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) constata que solo el 18,7% de sus encuestados se define como católico practicante, frente a un 39,5% de creyentes no practicantes.
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