Los MiG-31K se trasladaron a esta base en el marco de un ejercicio que el grupo naval de Rusia en el Mediterráneo comenzó este viernes conjuntamente con la Fuerza Aeroespacial.
"El ataerrizaje en la nueva pista ha sido cómodo, suave. El sistema de aterrizaje instrumental y el aeródromo permiten realizar misiones tanto de día como de noche, independientemente de las condiciones meteorológicas", cita el comunicado a uno de los pilotos.
El pasado 25 de mayo, en Hmeymim aterrizaron por primera vez tres bombarderos rusos de largo alcance Tupolev Tu-22m3, enviados a la zona para realizar vuelos de entrenamiento sobre el Mediterráneo Oriental durante varios días.
La base se había sometido a una modernización para recibir cualquier tipo de aviones militares rusos. La segunda pista de aterrizaje fue alargada y dotada de nuevos radares, luces, señales y revestimiento.
El sistema Kinzhal, con un alcance de 2.000 kilómetros, desarrolla una velocidad diez veces superior a la del sonido y puede eludir todos los escudos antimisiles existentes. El sistema, emplazado en aviones MiG-31K, puede llevar ojivas nucleares y convencionales.