La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) también expresó su preocupación ante la situación reinante en ese territorio de Etiopía.
"Más de 350.000 personas afrontan ya condiciones catastróficas en Tigray, la cifra más alta de individuos en ese nivel de gravedad registrada en un solo país en la última década", destaca un informe publicado en el portal de la ONU.
Se precisa que entre los habitantes amenazados por la posibilidad de una hambruna más de 30.000 son niños.
La OMS señaló además que, debido a los problemas de acceso, también puede verse afectado el programa de vacunación de la población contra el cólera, que es una enfermedad endémica para Etiopía en esta época del año.
Se observa que más del 60% de la población de la región de Tigray, o más de 5,5 millones de personas, se enfrentan a unos niveles de inseguridad alimentaria grave, al igual que los habitantes de las zonas vecinas de Amhara y Afar.
"De ese colectivo, 2 millones de personas se encuentran en un nivel de emergencia tan grave que caerán en la hambruna si no se toman medidas inmediatas", destaca el informe.
Las agencias de la ONU están preocupadas además por el hecho de que una intensificación del conflicto crearía obstáculos para la ayuda humanitaria y pondría en mayor peligro la vida de los civiles.
Para la ONU también es motivo de alarma la falta de datos sobre la situación de seguridad alimentaria en esa región occidental de Etiopía.
El conflicto armado entre el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF, por su sigla en inglés) y el Gobierno de Etiopía comenzó en noviembre pasado después de que el TPLF atacara y robara armas de una base militar de Etiopía para armar una milicia antigubernamental en la región.
Desde entonces, el conflicto provocó muchos desplazamientos y la inseguridad alimentaria en el Tigray, mientras dificultó la ayuda de las organizaciones internacionales a las personas afectadas por las crisis.