"Las autoridades del Vaticano tienen una buena comprensión general de las amenazas y las vulnerabilidades, con las cuales se enfrentan en el campo del blanqueo de dinero y financiación del terrorismo", destaca el documento.
Según precisa, inicialmente la Santa Sede consideraba que "el riesgo principal de blanqueo se debía a la evasión fiscal de los no residentes", pero más tarde se dio cuenta de que había que concentrar la atención en los "abusos cometidos por personajes de nivel medio y superior dentro de la administración".
Al mismo tiempo, Moneyval indica que en el periodo estudiado (hasta octubre de 2020) las investigaciones sobre el blanqueo de dinero "se prologaron, en parte a causa de las respuestas tardías de las contrapartes extranjeras a las solicitudes de asistencia y en parte a causa de la insuficiencia de los recursos asignados a las fuerzas del orden".
A su vez, la Santa Sede declaró que "recibe con agrado el informe de Moneyval, publicado hoy, y el estímulo para continuar el camino emprendido".
El Vaticano confirmó "su compromiso de continuar por el camino del pleno cumplimiento de los mejores parámetros internacionales y, para ello, evaluará cuidadosamente las recomendaciones contenidas en el informe".