Robert Birchmeier sintió que su anzuelo había atrapado algo grande. Entonces empezó a mover la caña de pescar y se sorprendió al ver que era un aligátor de gran tamaño.
Primero pensó que se trataba de una manta raya, pero a medida que tiraba de la caña sus ojos vieron como el aligátor se movía desesperadamente para liberarse del anzuelo que se le había enganchado en la pata.
El reptil terminó boca abajo y Burchmeyer consiguió liberarlo del anzuelo.