El pasado 14 de mayo la Cancillería de Macedonia del Norte entregó al embajador ruso, Serguéi Basdnikin, una nota en la que exigía que un diplomático de la misión rusa abandonara el país en un plazo de siete días.
Este martes, durante su reunión en Bruselas, el primer ministro macedonio, Zoran Zaev, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, debatieron la integración de Macedonia del Norte en la UE.
"La UE exigió que todos expulsaran a diplomáticos rusos tras el llamado de Chequia a una nueva ola de expulsiones, los huéspedes no suelen llegar sin regalos, así que Zaev se apuró a cumplir las exigencias checas antes de su visita a Bruselas (...) y mostrar que es un socio de confianza en los Balcanes para que Bruselas amortiguara la presión de Bulgaria pero es poco probable que tales trucos baratos impresionen a alguien en la UE que espera la obediencia absoluta de Skopie", comentó Prorokovic.
En noviembre de 2020 Bulgaria bloqueó las negociaciones de adhesión entre Skopie y Bruselas a raíz del problema de identidad nacional de Macedonia del Norte, que ya tuvo que modificar su nombre por insistencia de Grecia. Sofía insiste en que el idioma macedonio es un dialecto del búlgaro y, en general, sostiene que el vecino tiene unas "pretensiones infundadas" en cuestiones históricas y lingüísticas.
"Bulgaria no planea ceder y no permitirá iniciar las negociaciones sobre el ingreso en la UE hasta que Skopie resuelva el problema de identidad lo que es inaceptable para los macedonios", dijo el politólogo y concluyó que "Zaev intenta eludir Sofía, hacer presión sobre Bruselas para conseguir la fecha de negociaciones sobre la adhesión sin concesiones a Bulgaria".
En general, según el experto, hay muchos obstáculos en el camino de los Balcanes Occidentales hacia la UE. El proceso se complica por la pandemia de coronavirus, la nueva metodología de ampliación del bloque comunitario y "la falta de voluntad política para aceptar a nuevos miembros", indicó.