Al menos 15 poblaciones urbanas y rurales cercanas al lago, ubicado en el estado de Michoacán, vierten sus aguas residuales en dicho estanque. Los ecologistas advierten que para limpiar el lago —de 306 kilómetros cuadrados— se necesitan al menos 3.000 millones de pesos mexicanos (más de 150 millones de dólares).
Los académicos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, los activistas ambientales y los pescadores han lanzado una petición para que el Gobierno mexicano les ayude a resolver este problema ecológico.
La Secretaría de Salud local, por su parte, informa de que ha detectado miles de casos de enfermedades gastrointestinales, broncopulmonares, dermatológicas y oftalmológicas en vecinos de la zona, causadas por bacterias y virus dispersados por las tormentas de polvo que se levantan por la sequía.
Y el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Michoacán, Ricardo Luna, urge a reforestar la zona lo antes posible, pues "un bosque que se reforesta necesita 10 años en adelante para volver a recuperar capa vegetal".