La letra chica
Liviana. Al pasar. Así fue la respuesta que dio el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, cuando se le consultó sobre si la actual Administración cumpliría con la sempiterna promesa de cerrar la cárcel de Guantánamo. "Creemos que debería ser así, ese es ciertamente un objetivo, pero es algo en lo que nos centraremos en los próximos meses", dijo con desidia y de soslayo.
El antecedente más inmediato sobre esta cuestión se haya en unas declaraciones de Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca. Dijo en febrero, también con vaguedad, que la intención de Biden es cerrar ese penal antes de acabar su mandato. Menudo anuncio.
Con la suspicacia por delante, y con cierta ironía, el Dr. en Historia y Dr. en Derecho José Luis Orella, expresa que "lo primero que tendremos que ver, jurídicamente, es cuáles son los derechos que tiene un país para detener a ciudadanos que no son de su país. A partir de ahí, que se les pueda llevar en avión a una cárcel estadounidense a una base especial".
Al también profesor de la universidad CEU San Pablo le parece muy bien que la quiten. Sin embargo, una interrogante le inquieta: "¿Pero van a quitar este sistema de tratamiento que tienen, o es que lo van a situar en otro lado y luego nos vamos a enterar que en un país, vete tu a saber dónde, resulta que tienen otra cárcel cumpliendo este tipo de disposiciones?".
¿Está reculando EEUU con China?
A EEUU se le ve emocionalmente inestable, al no saber exactamente cómo enfrentar el nuevo tablero geopolítico que se está tejiendo en el mundo, que ya dejó de ser ese mundo unipolar que nació tras la caída de la Unión Soviética –y donde Washington se erigió en sheriff del mundo–, para dar paso a uno multipolar, donde parece que el país norteamericano ya no hace pie, y no sabe cómo mantenerse a flote.
En este contexto, y tras amenazas y acciones de todo tipo lanzadas contra China por la Casa Blanca durante los últimos años, exacerbada durante el mandato de Donald Trump, y mantenida ahora por la Administración Biden, parece que a EEUU 'le cayó la ficha', de que ya no puede pasar por encima de ciertos países, que son soberanos, y que actúan como tales.
China es uno de esos casos. Y en el actual estado de situación de las cosas, el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, debió 'tragar', al declarar que, tanto su país, como China, no están interesados en buscar una confrontación militar porque va en contra de sus intereses. Unas declaraciones impensadas poco tiempo atrás, donde se le hubiera podido escuchar decir que China pagaría por determinadas actitudes, y cosas por el estilo. Blinken matizó que China "debe cumplir las reglas".
El Dr. Orella expresa que Washington "está rigiendo su liderazgo a través de sus marionetas políticas en un orden mundial que beneficia exclusivamente a los EEUU, tanto a nivel de política internacional, como a niveles económicos. Las 'normas' [que EEUU dice que hay que cumplir] es el asegurar ese control de recursos de materias primas, de recursos energéticos que ayuden y mantengan a que EEUU pueda seguir en ese liderazgo mundial", advierte el analista.