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"Cuando un petardo explote mal en Valencia, la culpa será también de Putin"

República Checa no tiene pruebas de la presunta implicación de Rusia en las explosiones en el almacén de armas en Vrbetice en 2014. Lo ha afirmado el propio presidente checo, Milos Zeman. Esto constata que la verdad es lo que menos le interesa a la Unión Europea, y a Occidente en general, cuyos países mantienen el discurso de condena a Moscú.
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¿Zeman 'el traidor'?

Nombre clave: Milos Zeman. Cargo: presidente de la República Checa. Delito: decir la verdad. Imputación: el Parlamento de su país le acusa de interferir en la 'investigación' en curso sobre las explosiones en Vrbetice en 2014, que de investigación tiene muy poco, pero de novela de barata de ficción, mucho.
En esa mentira se apoya, ya no sólo la Republica Checa, sino también la casi totalidad de los países del bloque comunitario para cargar contra Rusia. Hasta Alemania ha brindado apoyo a Chequia en esta cruzada antirrusa. Y es que la verdad está tan devaluada en Occidente, que quien ose pronunciar una, es considerado un traidor y sentenciado como tal.
Tras conocerse las palabras de Zeman, los líderes de los países miembro del grupo de Visegrado mantuvieron una reunión virtual en la que expresaron su solidaridad, es decir, su apoyo inquebrantable –como dijera Biden– a la mentira de Praga lanzada contra Moscú.
En concreto, Zeman incidió en que en el informe sobre explosiones en Vrbetice elaborado por la Inteligencia checa, el Servicio de Información de Seguridad, se habla sobre la falta de cualquier prueba de la presencia de agentes rusos en los almacenes. Añadió que, si se descubre que los servicios especiales rusos no participaron en las explosiones, puede tratarse de un juego de los servicios de inteligencia que podría tener consecuencias graves para la vida política de la República Checa. Esto fue demasiado para las calenturientas cabecitas antirrusas.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, se expresó en este sentido. "Esta declaración absolutamente razonable fue seguida por una reacción, si no me equivoco, de la dirección del Parlamento, que acusó al presidente Zeman de entrometerse en la investigación".
"Lo que dice el presidente de República Checa es algo con sentido común. No se puede acusar a nadie sin pruebas", dice al respecto el analista internacional Carlos Martínez.
"Esto parece ser más bien una ofensiva, en la cual tiene mucho peso, no sólo la diplomacia, sino también los diferentes servicios secretos occidentales, que están en una especie de guerra contra Rusia. Esto es lo que late en el fondo, más que una investigación policial seria", advierte el experto.
Pero fue más allá el jefe de la diplomacia rusa sobre esas explosiones. "Todo esto, así como otros asuntos relacionados con esta historia, deben ser examinados por la UE, todo esto ocurrió en su territorio, y por lo que podemos suponer, a juzgar por los comentarios de los expertos, todo esto sucedió en violación de una serie de normas y reglamentos vigentes en la Unión Europea", expresó, al indicar que hay indicios significativos de que también se violaron las convenciones internacionales, incluido el Tratado de Ottawa que prohíbe las minas antipersona y el llamado Tratado sobre el Comercio de Armas. "Me parece que ahora es el momento adecuado para que Bruselas explique de alguna manera lo que está sucediendo en el territorio de sus Estados miembros", remachó Lavrov.
Pero como tras las palabras de Zeman, el tinglado montado por República Checa podía caerse a pedazos, entonces Bulgaria echó un cable: acusó a Rusia de unas explosiones ocurridas en ese país durante 10 años, en cuatro almacenes propiedad del empresario Emilian Gebrev. Al mejor estilo highly likely inaugurado por la ex primera ministra británica Theresa May, la Fiscalía de Bulgaria sostiene que seis nacionales rusos 'podrían' estar implicados en dichas explosiones, a lo que sumó la acusación contra tres de esos ciudadanos de atentar contra la vida Gebrev, según la Televisión Nacional Búlgara [BNT].

La mentira tiene patas cortas

Tras estas acusaciones a Rusia, Radio Bulgaria [BNR], informó que la empresa EMCO del empresario Emilian Gebrev acusó a la Fiscalía de Bulgaria de distorsionar los hechos durante la investigación sobre las explosiones que se produjeron en varios depósitos de municiones en el territorio del país en 2011, 2015 y 2020. "Es fácil de establecer a través de documentos correspondientes que es una mentira", comunicó el medio, al citar el comunicado de la compañía. EMCO niega que las municiones estaban destinadas a la exportación, incluso a Georgia, algo que había afirmado la Fiscalía en sus acusaciones y en lo que fundamentaba su acusación contra Rusia. Añadió que las explosiones de 2015 no tienen nada que ver con la empresa.
"Es decir, [en Europa] estamos en un contexto de crisis y lo único que se le ocurre a las autoridades políticas occidentales es culpar de todo a Rusia, culpar de que los habitantes del Donbás no quieren seguir en Ucrania, o culpar de cualquier accidente pirotécnico que existe en Europa. Llega a tal punto el disparate que debería darle vergüenza en concreto a las autoridades búlgaras ir buscando en los archivos, accidentes para culpar a Rusia. Yo vivo en Valencia [España] donde hay mucha pirotecnia por las [fiestas de las] Fallas y muchos accidentes pirotécnicos. Ya veremos un día cuando un petardo explote mal, la culpa será también de Putin", ironiza Carlos Martínez
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