"En cuanto a la situación de las relaciones entre Chequia y Rusia (...) apoyamos con gran solidaridad la decisión tomada por Praga", dijo Maas.
Señaló que el embajador alemán en Moscú ya prepara ofertas de asistencia para apoyar el trabajo de la misión diplomática checa en Rusia.
El Gobierno checo denunció el 17 de abril la presunta implicación de la inteligencia rusa en las explosiones que en 2014 causaron dos muertos en un almacén de municiones en Vrbetice, en la región de Zlin, y expulsó a 18 empleados de la Embajada rusa en Praga, señalados como presuntos agentes de los servicios secretos de Rusia.
Moscú, que respondió expulsando a 20 diplomáticos checos, rechaza esas acusaciones por "absurdas" y las atribuye a una política antirrusa que Praga mantiene en los últimos años y detrás de la cual se vislumbra la "mano de Estados Unidos".
Por su parte, el presidente checo, Milos Zeman, desveló el 25 de abril que informes de inteligencia de su país no contenían ninguna prueba o evidencia de la implicación de presuntos agentes rusos.