Mediante la dispersión de sustancias en el aire que se condensan, los gobiernos pueden cambiar la cantidad o el tipo de precipitación que cae del cielo. En 2008, justo antes de que empezaran los Juegos Olímpicos en Pekín, el Gobierno chino sembró nubes, hizo llover, y limpió el cielo de esmog.
En 2017, Rusia envió a Cuba un laboratorio aéreo para generar nubes y combatir la sequía. Dos años después, en la capital de Tailandia, Bangkok, la siembra de nubes apareció igual que en Pekín, para combatir la contaminación.
A finales de 2020, China anunció que para 2025 que el clima en el 56% del territorio del país esté controlado de forma artificial. El área total donde se inducirá la lluvia abarcará más de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, y el área donde se suprimirá el granizo sobrepasa los 580.000 kilómetros cuadrados, según datos oficiales.
En enero de 2019, los medios de comunicación estatales del gigante asiático informaron que ese tipo de tácticas en la región occidental de Xinjiang evitó el 70% de los daños por granizo. El programa tiene como objetivo aumentar los rendimientos de los suelos y responder más rápidamente a los desastres naturales.
El control del clima mediante la siembra de nubes no sólo ha sido utilizada en Cuba y Asia; Estados Unidos, Australia, Bielorrusia, Rusia, Argentina, Chile y Venezuela, entre muchos otros países, también han empleado esta técnica.
Algunos países utilizan la técnica desde la década de 1950, poco después de que se descubriera el principio de la siembra de nubes. Uno de los primeros países fue Francia, que empezó a utilizarla como sistema antigranizo para salvar cosechas. En Alemania, también se utiliza desde la misma época y con los mismos propósitos.
En Baviera hay una comarca de vinos que actualmente está protegida con el sistema antigranizo, según publicó InfoAGRO. Cuando una nube de verano amenaza con una tormenta de granizo, se siembra una nube con hielo seco y se inicia la lluvia para evitar que caiga granizo o para lograr que caigan piedras de hielo más chicas.
¿Cómo funciona la siembra de nubes?
Las nubes son un producto de la condensación de las gotas de agua en la atmósfera. Cuando el contenido de agua de las nubes alcanza las condiciones adecuadas, se pulveriza yoduro de plata (AgI), un polvo amarillo, insoluble en agua, que no presenta riesgos para la salud humana ni medio ambiente. El yoduro hace que estas gotas se cristalicen y aumenten la cantidad de precipitación.
La intención siempre es aumentar la precipitación (lluvia o nieve), pero también se utiliza ampliamente en los aeropuertos para suprimir el granizo y la niebla.
Aunque el yoduro de plata es quizá el más utilizado, también se siembran nubes con hielo seco (CO2 congelado), propano líquido y polvo de feldespato.
"Para ello se utiliza un proyectil especial, un núcleo que vuela hasta la nube, se rompe allí y rocía el reactivo", explicó a Sputnik Chen Ying, investigador del Instituto de Ecología de la Civilización de la Academia China de Ciencias Sociales.
¿Qué es la geoingeniería y por qué Bill Gates está invirtiendo en ella?
La geoingeniería es el término que designa las tecnologías que intentan alterar las cualidades físicas de la Tierra a la mayor escala posible. Un ejemplo es la siembra de nubes. Aunque quizá la forma más conocida de geoingeniería sea la captura de carbono, en la que las emisiones son enterradas.
El fundador de Microsoft, Bill Gates, está invirtiendo en un controvertido experimento para investigar la eficacia de bloquear la luz solar para que no llegue a la Tierra. Gates y otros magnates financian el Programa de Investigación de Geoingeniería Solar de la Universidad de Harvard, que tenía previsto lanzar en junio de 2021 el Experimento de Perturbación Controlada de la Estratosfera (SCoPEx), desde la estación espacial de Esrange, en Kiruna (Suecia).
Desde hace tiempo los científicos han ideado múltiples formas de impedir que la luz solar llegue a la atmósfera o a la superficie de la Tierra. El método más común y estudiado es el de reflejar la luz solar lejos de la Tierra utilizando partículas de aerosol en la atmósfera, lo que SCoPEx se proponía hacer en un pequeño experimento piloto, según publicó Popular Mechanics.
Sin embargo y pese a que Gates ha puesto empeño y millones para llevar adelante el proyecto, tendrá que esperar al menos hasta 2022 para poder bloquear al Sol, por cuestiones éticas.